Por María Cabadas
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El diputado federal con licencia y presidente nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, insistió ayer que su nombramiento como líder de este partido fue legal, y llamó a los militantes a dejar el lenguaje de barandilla, para concentrarse en la unidad de esa fuerza partidista.
De gira por Zacatecas, señaló que Morena debe restablecer la institucionalidad que se requiere para constituirse en el soporte de los cambios profundos emprendidos por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Señaló que la unanimidad en el cambio de dirigencia fue un reclamo, un hartazgo, un reproche, porque “se nos vació el cerebro y nuestras palabras también se acortaron y se redujeron”, y hoy el único lenguaje que ya se conoce en el partido y que se vino acumulando en todos estos meses fue el de la barandilla y del pleito.
Explicó que los organismos nacionales ya tenían vencido su período, pero se usan las maniobras porque el Tribunal Electoral argumentó que primero se debe tener bien el padrón para poder hacer elecciones, “pero desde aquí mismo se boicotea que el padrón esté bien para boicotearnos de manera ilegal en órganos de dirección y por un tiempo que no nos corresponde”, sostuvo.