Tras las medidas establecidas en Nueva Zelanda por el COVID-19, ha reaparecido una plaga de pollos salvajes que amenazan la zona oeste de Auckland.
La plaga estaba casi resuelta antes de que llegara la pandemia por el coronavirus, sin embargo ahora los pollos salvajes han regresar, aunque algunos habitantes se compadecen y los alimentan provocando un nuevo problema; la aparición de las ratas.
En los suburbios de Titirangi, las autoridades han creado un plan para capturar a las aves sin dañarlas colocando grandes redes para posteriormente reubicarlos.
El presidente del consejo público de la región de Waitakere Ranges, Greg Presland informó que el problema con las aves salvajes surgió cuando uno de los residentes liberó dos pollos domesticados lo que ocasionó el aumento de las aves alcanzando a 250 en 2019.
Anna Lorena Sánchez
Información de RT
Imagen La Nación