Hace unos años me sorprendí con el negocio tan grande que representan las empresas “saboristas”, sí; son desarrolladores de sabores para productos comestibles y de perfumería, que buscan la perfección ante el olfato y gusto de los consumidores.
En esa ocasión, el fabricante que visité realizaba, entre tubos, probetas y mezcladores de sustancias, el perfecto sabor al mango mexicano “el de la costa de Guerrero”, me comentó el químico.
Después de observar esas fórmulas y sus resultados, sorprende menos saber que también existan empresas dedicadas a reformular alimentos procesados para cumplir con normas de higiene, nutrición y, ahora sobre todo, digamos que “evitar” colocar en sus etiquetas los grandes rombos negros con la indicación del exceso de grasas, azucares y sodio.
Por ejemplo, nos enteramos que Kerry, firma multinacional de Taste & Nutrition, llegará a América Latina a rediseñar y reequilibrar nutricionalmente alimentos y bebidas.
Esta empresa, y otras dedicadas a igual nicho, ofrecen reducir el impacto de los cambios normativos en el etiquetado frontal, “por lo que centraran su experiencia en la reducción de azúcar, reducción de sodio, eliminación y enmascaramiento de edulcorantes, así como en la reducción de grasas trans para apoyar a crear productos más saludables y re-balanceados nutricionalmente, así como dar cumplimiento a los cambios normativos, enfocándose en las categorías de cárnicos, botanas saladas, bebidas y panadería”.
En México, 36.1 por ciento de los adultos tienen obesidad y 39.1 por ciento tienen sobrepeso, problemática que también crece cada vez más en la población infantil, con una prevalencia de 35.5 por ciento de los niños de cinco a 11 años con sobrepeso y obesidad, de acuerdo a los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019.
El etiquetado de advertencia se vio implementado en Latinoamérica por primera vez en Chile en 2016, donde se ha tenido como respuesta por parte de algunas empresas la reformulación y/o lanzamiento de alternativas de sus productos con niveles reducidos de sal, azúcar, grasas y calorías, para así llevar al mercado nuevos productos con un mejor equilibrio de nutrientes.
En México esta norma entró en vigor en octubre pasado para determinar el etiquetado para alimentos y bebidas envasadas para productos con exceso de calorías, azúcares, sodio, grasas trans y grasas saturadas. Por lo que Kerry busca ser socio de empresas productoras de alimentos y bebidas, para desarrollar y reformular productos nutricionalmente mejorados, proporcionando soluciones para reducir el impacto de los cambios regulatorios mientras continúa ofreciendo productos nutritivos y de gran sabor.
Bueno o malo, todo avanza y la materia se adapta, y hasta los cuerpos. Esto apenas inicia.