Solamente duró una semana, no pudo aguantar más. Tras un largo fin de semana de discusiones y mutuos reproches, la primera ministra del Reino Unido, Liz Truss; se echó para atrás en su plan de reducción de impuestos.
La semana pasada te mencioné de este llamado mini presupuesto cuyo objetivo es aumentar la actividad económica de ese país. Desde entonces se veía que le estaban metiendo presión al gobierno para abandonar esa idea. La paridad de la libra frente al dólar vivió una semana complicada y la moneda británica experimentó una minidevaluación.
Si bien, el ministro de economía británico lo presentó como un plan más elaborado para hacer frente a la crisis económica; los mercados se enfocaron en un solo tema. A muchos no les gusto la idea de eliminar la tasa del 45% del impuesto sobre la renta que pagan las personas que ganan más de 168 mil dólares.
Desde la semana pasada se dudaba de la efectividad de la medida pues no sabían cómo y de dónde iba a sacar el gobierno el dinero que dejaría de recaudar por bajar los impuestos a los más ricos. Y ese fue otro de los problemas. Varios políticos y gran parte de la población consideraron que solo beneficiaría a los ricos. Pensaron que era otra idea genial de la pirámide de copas que se desborda desde arriba para vaciar las copas de abajo.
Pero ayer lunes, el gobierno británico reculó y en voz del ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, dijo que no seguiría adelante con el plan para eliminar ese impuesto a los ricos. Dicen que escucharon a la gente, pero a mi parecer, se trata más bien del trabajo de los promotores de las fuerzas del mercado. La fuerte intervención del Banco de Inglaterra de la semana pasada para inyectar liquidez al mercado cuando se vivió la estampida de inversionistas, es una muestra de ello. Si bien el nuevo gobierno británico quiso buscar una alternativa pensada fuera de la caja, parece que se equivocó de beneficiario.
Y aunque el team Soros parece seguir campeando en el mundo, es momento de volver la mirada a 2008 y no se repita el caso de Lehman Brothers. Lo mismo que el tristemente célebre banco de inversión estadunidense, ahora el banco de suizo Credit Suisse lleva varios meses tratando de financiar el hueco que le dejó la quiebra del fondo inversión Archegos en 2021.
Al parecer no lo ha logrado y ya existen mucho señalamientos sobre la inminente quiebra del banco suizo. De ser ciertas y bien fundamentadas las advertencias, distintos bancos europeos estarían en riesgo de contagio, incluyendo al famoso Deutsche Bank. Y eso no lo digo yo si no lo dice el incremento de los diferenciales de los credit default swaps (CDS), es decir, los “seguros por impago” de Credit Suisse.
Ojo, porque el sábado pasado un informe de IP Banking Research advierte que Credit Suisse cotiza actualmente a 0.23x su valor contable mientras que Deutsche Bank en 0,3 veces su valor en libros.