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En el corazón del Caribe y sin necesidad de visa para los viajeros mexicanos, San Juan, la capital de Puerto Rico, se revela como un destino culturalmente vibrante, lleno de historia, arquitectura colonial y una cocina que fusiona tradición africana, española y taína.
San Juan se encuentra al norte de la isla de Puerto Rico, bañado por las aguas del Atlántico. Aunque es un territorio estadounidense, los mexicanos no necesitan visa si ya cuentan con visa de turista para EE.UU.
Desde la Ciudad de México, hay vuelos con escalas en Miami, Houston o Atlanta. El trayecto suele durar entre 7 y 9 horas, con precios que oscilan entre los 8,000 y 12,000 pesos mexicanos, dependiendo de la temporada.
Caminar por el Viejo San Juan es como hojear un libro de historia a cielo abierto. Sus calles adoquinadas conducen a fuertes como El Morro y San Cristóbal, vestigios del siglo XVI que protegían a la ciudad de piratas y conquistadores. Las fachadas coloridas y los balcones de hierro forjado evocan la época colonial, y cada esquina invita a detenerse para observar detalles arquitectónicos que han sobrevivido siglos. No te pierdas la Catedral de San Juan Bautista, una de las más antiguas de América, y la Casa Blanca, antigua residencia de la familia de Ponce de León.
Los puertorriqueños, cariñosamente llamados boricuas, son cálidos y orgullosos de su herencia cultural. En verano, las plazas se llenan de música, desde salsa hasta plena y bomba, ritmos tradicionales que cuentan la historia de un pueblo resiliente y apasionado. Las festividades religiosas y populares, como las fiestas de la calle San Sebastián (en enero, pero se puede mencionar como referencia cultural), muestran el alma colectiva de esta ciudad.
Probar la cocina puertorriqueña es conocer la historia del Caribe en cada bocado. El mofongo, elaborado con plátano macho frito y machacado con ajo y chicharrón, es uno de sus platos más icónicos. Otros imperdibles: lechón asado, arroz con gandules, alcapurrias, y para el postre, un tembleque de coco o flan de queso.
Para los paladares curiosos, el ron local merece una mención especial. Puerto Rico es hogar de marcas reconocidas como Bacardí y Don Q, que se pueden degustar en cócteles como el clásico piña colada, nacido en la isla.
A diferencia de otros destinos del Caribe más enfocados en el turismo de playa, San Juan ofrece una mezcla equilibrada entre mar y cultura. Claro que también hay espacio para relajarse: playas como Condado e Isla Verde están a minutos del casco histórico, ideales para un chapuzón tras una jornada cultural.
San Juan es un destino que abraza el pasado sin dejar de mirar al futuro, donde la historia se baila, se come y se canta con orgullo. Un lugar ideal para quienes viajan buscando no solo descanso, sino también conexión con las raíces profundas del Caribe hispano.