Al ver el rostro de los alumnos de nuevo ingreso me remite al recuerdo de estar frente a la computadora buscando el número de folio del examen de admisión; una espera larga que, al ver el resultado, veía alcanzado mi sueño. Mi primera reacción fue correr para abrazar a mis padres con lágrimas de felicidad. Mi cara lo decía todo. Jamás olvidaré su rostro de alegría, porque era en gran parte gracias a su confianza y apoyo que formaría parte de la institución que ha cambiado miles de historias como la mía y representa el principal motor de transformación y conciencia social, la Universidad Nacional Autónoma de México.
Ser miembro de esta comunidad es un privilegio que conlleva numerosos deberes y responsabilidades. Por ello, los principios que los alumnos adquieren durante su formación académica deberán traducirse en el sustento para el desarrollo de sus habilidades y aptitudes que se verán materializadas en el ejercicio de su profesión; pues como miembros de la comunidad universitaria, tienen el compromiso de actuar con sensibilidad y responsabilidad social en la construcción de un Estado de Derecho que tenga como guía el respeto a los derechos humanos.
En virtud de lo anterior, el estudio de la asignatura “Ser Universitario y Cultura de la Legalidad”, parte del nuevo Plan de Estudios 2020 y resultado de la gestión del Director de la Facultad de Derecho, el Dr. Raúl Contreras Bustamante, se convierte en una de las principales estrategias educativas para implementar un respeto irrestricto por la igualdad de género, promover las mismas condiciones en términos de acceso educacional entre los alumnos, fomentar una cultura pacífica, conocer la legislación universitaria generando un sentido de pertenencia, así como para desarrollar una empatía por las causas de las personas en situación de vulnerabilidad y consolidar agentes de cambio con conciencia social.
En este regreso a clases debemos comprender las condiciones de nuestros alumnos. Antes de la pandemia, muchos de ellos recorrían largas horas de camino con limitados recursos y otras dificultades para asistir al recinto universitario. Sin embargo, en esta nueva normalidad nos enfrentamos a otra serie de problemas; como es la conectividad, la falta de espacios en el hogar, así como las diferentes afecciones de salud física y psicológica, siendo estos, tan sólo algunos de los retos a enfrentar. En ese sentido, la empatía es un valor necesario que es necesario favorecer, porque en ocasiones, no siempre parecemos ejercer.
Por ello, es indispensable mantener un amplio sentido de compromiso y respeto en la construcción de buenos ciudadanos que se convertirán en futuros juristas. Se requiere fomentar la empatía en su entorno, el actuar con justicia frente a cualquier acto de violencia, corrupción e impunidad; a fin de construir en ellos, la cultura de legalidad y el significado de ser universitario.