Históricamente, quien ha sido puesto o elegido para estar al frente del Gobierno de la Ciudad de México, ha estado nominado en automático a aspirar a ser el elegido en la sucesión presidencial. De todos, solo uno ha logrado llegar, Andrés Manuel López Obrador, y una tiene claras posibilidades de ser la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
El quinto año del sexenio es clave para quien aspira a ocupar la máxima responsabilidad del país, es la oportunidad de cerrar con broche de oro, terminar de construir los cimientos de un gobierno que continuará avanzando, aún cuando el o la jefa de Gobierno en turno avance hacia un nuevo desafío en su carrera política.
Claudia Sheinbaum no es la excepción y ayer inició su quinto y último año de gobierno, presentándonos un informe muy nutrido de logros y avances, en un escenario histórico, hermoso y abarrotado, el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”.
Hace dos meses rindió un informe ante el Congreso de la CDMX y unos días antes, ante más de 10 mil personas que llenaron el interior y exterior del Auditorio Nacional. Sin embargo, este fue diferente, no solo porque no se trató de un discurso tradicional, como al que nos tienen acostumbrados los políticos, sino porque ella decidió regresar a sus raíces, a su lugar de confort y en el que se siente como pez en el agua y nos recetó una catedra como la que por años impartió en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Adicionalmente, esta rendición de cuentas se distinguió porque sabemos bien que, en diciembre próximo, Sheinbaum estará preparándose para la campaña electoral más importante de su vida, la elección presidencial del 2024.
Muchos pensarían que este año servirá para cerrar ciclos, poner en orden la casa, terminar de cumplir compromisos y dedicarse a difundir su imagen, para llegar fortalecida a la cita con la encuesta en la que Morena decidirá a su candidata o candidato presidencial. Pero lo mejor que puede hacer es seguir trabajando, concentrarse en el día a día, seguir dando resultados, capitalizar lo ya alcanzado y hacer historia con logros que solo ella hará realidad el próximo año.
Nadie se había aventado a invertir tanto en la sectorización del sistema hidráulico de la Ciudad, nadie se habría animado a cerrar la Línea 1 por tanto tiempo para renovarla y dejarla como nueva, nadie habría brindado un sistema de transporte público de calidad e innovadores, en zonas históricamente marginadas, como lo son el Cablebús y el Trolebús Elevado. Sí, ella es diferente, es arriesgada y comprometida con la transformación de la vida pública en México, ella #EsClaudia.
ENTRE GITANOS.
1) Marcelo Ebrard se reunió en el WTC con la base de su estructura en los 300 distritos electorales del país. De los 10 mil asistentes, muchos eran de la CDMX, otros no sabían a qué iban y menos que fueran responsables de un distrito electoral. Y para acabarla de amolar, Ebrard se comprometió a visitar los 300 distritos electorales. Los que saben, dicen que solo podría visitar un promedio de 4 distritos al día, para lo cual tendría que dedicar 75 días del próximo año; así que dedicando sin descanso los fines de semana, estaría terminando de visitarlos a finales de agosto, muy cerca del anuncio oficial de Morena sobre quién ganó la encuesta. Los números son fríos, pero hay que tomarlos en serio.
2) ¿Alguien sabe qué le sucede al diputado Federico Döring? Durante dos décadas de carrera legislativa, siempre se caracterizó por cuidar su imagen personal. Últimamente, se le ha visto desaliñado, por decir lo menos, peleado con los trajes, con playeras tipo polo y con el almohadazo en la coronilla. Le da lo mismo que sea una marcha o si se trata de la comparecencia de la Secretaria de Administración y Finanzas de la CDMX, Luz Elena González. No debe perder de vista que ha sido y es referente obligado para las nuevas generaciones conservadoras en la Ciudad. ¿Será que a estas alturas de su carrera ya se le hace poco una curul en el Congreso de la CDMX?
*Especialista en Ciencia Política y Gobierno.
avilezraul@hotmail.com