El balance de un bombardeo ruso contra un edificio residencial en Dnipró, en el este de Ucrania, subió a 40 muertos, un recuento que podría agravarse y que representa uno de los peores ataques desde el inicio de la guerra.
Rusia mantuvo su política y el Kremlin desmintió ser responsable del ataque y culpó a los ucranianos. El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, habló de una "tragedia", señalando la posibilidad de que un misil de defensa antiaérea ucraniano hubiera caído en el edificio.
En contraste, Suecia, que ostenta la presidencia rotatoria de la Unión Europea, denunció un "crimen de guerra" de Rusia.
A su vez, la subsecretaria estadounidense de Estado, Wendy Sherman, visitó Kiev el lunes donde reafirmó el "compromiso firme" de Washington con Ucrania y discutió con el presidente Volodimir Zelenski formas de fortalecer la seguridad del país.
El lunes, casi 48 horas después del ataque, se han recuperado 40 cadáveres, según los servicios de socorro, y se contabilizaron 75 heridos.
Las operaciones de rescate continúan para intentar encontrar supervivientes debajo de los escombros, con la intervención de grúas para llevar a los socorristas a los apartamentos más siniestrados o para levantar placas de cemento. Según las autoridades, 29 personas continúan desaparecidas.
Desde el inicio de las operaciones de rescate 29 personas fueron salvadas con vida de las ruinas.
Con información de AFP
Imagen: AFP