La violencia sexual tiene un impacto sobre la salud externándose como una realidad para millones de personas, sobre todo, para el sector femenino Está asociada con el riesgo de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual, por lo que es importante realizar estudios a la víctima que corroboren o descarten posibles infecciones, a fin de informarle de manera inmediata y en su defecto, inicie el tratamiento adecuado, oportuno e inmediato que redundará en un elemento trascendental para su manejo.
De lo anterior, con fecha 24 de noviembre del presente año, se avaló en el pleno del Congreso de la Unión, una iniciativa que presenté reformando la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, a fin de realizar estudios médicos a la víctima de violencia sexual, previo consentimiento para descartar o corroborar que la víctima haya adquirido alguna enfermedad de transmisión sexual como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), Virus del Herpes Simple (VHS o herpes), Virus Papiloma Humano (VPH), u otras enfermedades de transmisión sexual.
Como legisladora del distrito ocho en la Cuauhtémoc, estoy segura que la prevención es de suma importancia para la salud, la familia y la sociedad al relacionarse con la alta morbilidad que se asocia con estas infecciones, así como sus secuelas y los trastornos psicológicos ocasionados.
En el marco de los 16 días de Activismo para eliminar la Violencia contra mujeres y niñas el 30 de noviembre 2022, se avaló una segunda iniciativa que presente para reformar el artículo 3 de la Ley de Vivienda, a fin de incorporar la perspectiva de género con la finalidad de que la población en situación de pobreza y vulnerabilidad tenga oportunidad de acceso a la vivienda, al ser un derecho humano necesario para la realización de otros derechos. Su importancia no sólo gira en torno a un individuo, sino también, en la seguridad y estabilidad en la familia, por lo anterior, es necesario la implementación de mecanismos y acciones con perspectiva de género que brinden a toda la población el derecho a la vivienda con todos los servicios necesarios para convertirlo en un lugar seguro y formar la base de un patrimonio familiar como centro de convivencia y desarrollo personal, subsanando la brecha que representa la desigualdad en la adquisición de vivienda en detrimento del derecho de grupos vulnerables, destacadamente de las mujeres.
Como representante popular seguiré trabajando en una agenda que haga frente a la crisis de género, colocando en el centro de las políticas públicas a las personas y su dignidad, a las mujeres, que por muchos años fuimos relegadas desafiando estereotipos, hasta que la dignidad se haga costumbre, hasta que nacer mujer signifique vivir en libertad e igualdad.
María Rosete
#porlosqueamamos