AFP
La sorpresiva captura en suelo estadounidense del capo de la droga mexicano Ismael "Mayo" Zambada tiene todo el suspenso de una película de suspenso de Netflix... y todo el misterio también.
En torno a su arresto giran en torno a acusaciones descabelladas de secuestro transfronterizo, asesinato e intrigas políticas, pero hay muchas lagunas en la historia y pocos detalles oficiales, lo que alimenta la desconfianza, según los analistas, entre las autoridades estadounidenses y mexicanas.
Zambada, de 76 años, cofundó el poderoso cártel de la droga de Sinaloa con Joaquín "El Chapo" Guzmán en la década de 1990.
Escapó de la captura durante gran parte de su vida a pesar de que Estados Unidos ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares por su captura.
Luego, aparentemente de la nada, Zambada fue detenido el 25 de julio con el hijo de El Chapo, Joaquín Guzmán López, después de que aterrizaron en Estados Unidos en un avión privado.
El abogado de Zambada y el embajador de Estados Unidos en México afirman que fue secuestrado contra su voluntad.
En una declaración emitida después del arresto, Zambada dijo que Guzmán López lo había invitado a una reunión en un rancho en las afueras de Culiacán, México, el 25 de julio.
Allí, afirmó, lo llevaron a una habitación oscura y lo "emboscaron", lo esposaron y lo metieron a empujones en una camioneta con una capucha sobre la cabeza.
Dijo que lo llevaron a una pista de aterrizaje cercana y lo "obligaron a subir a un avión privado", que aterrizó, según Zambada, en El Paso, Texas, aunque un funcionario estadounidense dice que aterrizó en Santa Teresa, Nuevo México.
Para aumentar el misterio, dos de los guardaespaldas de Zambada desaparecieron durante la operación, dijo Zambada; uno de ellos, el jefe de policía del estado de Sinaloa, México.
"Cuando leí la declaración parecía una novela", dijo a la AFP el ex agente de la DEA Mike Vigil.
- Político 'asesinado' -
Tanto Estados Unidos como México han negado su participación en la captura de Zambada, aunque Ciudad de México ha aludido a conversaciones entre Guzmán López y funcionarios estadounidenses.
Pero Zambada ha buscado atraer a los funcionarios mexicanos, diciendo que se dirigía a reunirse con el gobernador del estado de Sinaloa, Rubén Rocha, un partidario del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Guzmán López, dijo Zambada, le había pedido que mediara en un conflicto entre Rocha y el legislador opositor Héctor Cuen.
Zambada luego afirmó que Cuen fue "asesinado" en el mismo lugar donde fue emboscado, mientras estaba allí.
Pero el lunes, la Fiscalía de Sinaloa publicó un video que supuestamente muestra el asesinato de Cuen, el 25 de julio, pero en un robo en una gasolinera de Culiacán.
Rocha, por su parte, ha negado cualquier vínculo con el Cártel de Sinaloa y dijo que estaba en Los Ángeles el día en cuestión.
López Obrador y la nueva presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, han respaldado su afirmación.
El jueves, la Procuraduría General de la República de México dijo que acusaría de "traición" a cualquiera que estuviera involucrado en la entrega "ilegal" de Zambada.
- ¿Venganza? -
Los expertos dicen que la historia de Zambada podría ser una estratagema para evitar ser juzgado en Estados Unidos, donde se ha declarado inocente de cargos de tráfico de drogas y lavado de dinero, entre otros.
Su defensa podría argumentar que "hubo una aplicación extraterritorial de la justicia estadounidense", dijo a la AFP el experto en seguridad mexicana David Saucedo.
Pero Vigil dijo que era poco probable que esto funcionara, y señaló a un ciudadano mexicano procesado en suelo estadounidense hace dos décadas por el asesinato de un agente de la DEA, a pesar de afirmar que fue detenido ilegalmente.
Vigil, quien había servido en México varias veces, también destacó las aparentes improbabilidades en la versión de los hechos de Zambada, encontrando extraño que uno de los hombres más buscados del mundo viajara con sólo cuatro guardaespaldas para reunirse con Guzmán López -un capo de la droga rival- para resolver un asunto político.
Un escenario más probable, dijo Vigil, era que Guzmán López entregara a Zambada a cambio de beneficios para él y su hermano Ovidio, extraditado a Estados Unidos en 2023.
También podría ser una "venganza" por el testimonio de los familiares de Zambada contra "El Chapo" en el juicio que lo vio sentenciado en Nueva York a cadena perpetua.
- 'Requiere corrupción' -
Cualquiera que sea la verdad, la captura de Zambada demostró una vez más que el narcotráfico "no ocurre independientemente" de los actores estatales, "sino que requiere que la corrupción exista y crezca", según Cecilia Farfán, del Instituto de Conflicto Global y Cooperación de la Universidad de California en San Diego.
México tiene una larga historia de cruces entre drogas y política.
Genaro García Luna, ex ministro de Seguridad Nacional, fue declarado culpable el año pasado en Nueva York de proteger al cártel de Sinaloa.
El arresto de Zambada también resalta las dificultades en la cooperación antidrogas entre Estados Unidos y México, dijo Saucedo, en medio de acusaciones de que México sigue una actitud de "no intervención".
El Cártel de Sinaloa es uno de los grupos criminales más poderosos de México junto con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
López Obrador, quien dice que la lucha contra las drogas liderada por la DEA de Estados Unidos ha fracasado, insistió el lunes en que arrestar a los principales capos de la droga no hace nada para resolver el problema subyacente.
Acusó a Washington de intentar vincular a los gobiernos con el narcotráfico para intentar "someterlos".
La creciente violencia criminal, gran parte de ella vinculada al narcotráfico y a las pandillas, ha provocado el asesinato de más de 450.000 personas en México desde 2006.
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