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Tres años después de abandonar Rusia, el bailarín brasileño Víctor Caixeta vive el día a día en el ballet

Tres años después de abandonar Rusia, el bailarín brasileño Víctor Caixeta vive el día a día en el ballet

Global sábado 11 de enero de 2025 -

AFP
El bailarín brasileño Víctor Caixeta abandonó sin dudarlo la Compañía Mariinsky de San Petersburgo cuando estalló la guerra en Ucrania hace casi tres años y, desde entonces, vive con la posibilidad de continuar con el ballet como un regalo, día tras día.
"Puede sonar a cliché, pero ahora vivo como si cada día fuera mi último día como bailarín", explicó en una entrevista con la AFP.
A sus 25 años, Caixeta no se arrepiente de su decisión: abandonó San Petersburgo en coche y sin dinero, y pronto consiguió una plaza como primera bailarina en Amsterdam, en la compañía nacional de Holanda, junto a la estrella rusa Olga Smirnova. quien también había abandonado apresuradamente su país.
Ambos bailarán este domingo en el especial "Les beautés de la danse" en el Seine Musicale, de París. "Aprendí mucho de ella, a nivel profesional y político. Y admiro mucho su valentía. Si me sentí presionado, imagínala", dice.
- El trauma de la partida -
Nacida en Uberlândia, Minas Gerais, Caixeta se incorporó en 2017 a la prestigiosa Balé Mariinsky, considerada la empresa "rival" del Bolshoi. Después de una breve audición, recibió la oferta de quedarse.
A finales de febrero de 2022, estaba en Vladivostok, en el otro extremo de Rusia, cerca de la península de Corea, cuando me enteré de la entrada de tropas rusas en Ucrania. "Estuve allí para algunas actuaciones con mi compañera [de baile], la ucraniana Ekaterina Chebikina", recuerda.
"Hay mucha desinformación en Internet, así que no sabes a quién creer. Pero luego me enteré directamente por ella, que estuvo hablando por teléfono con su familia todo el tiempo", añadió.
"Fue cuando la vi en el escenario, tan vulnerable, que decidí 'tenía que salir de Rusia', afirma".
Olga Smirnova y otros artistas rusos tomaron la misma decisión. "Tuve que seguir mi conciencia", dijo la bailarina a la AFP en mayo de 2022.
Para Caixeta la salida fue complicada. "Mi dinero estaba bloqueado, mi tarjeta de crédito no funcionaba", explica. Condujo a Estonia y luego a Berlín, donde se formó como bailarina.
Decir adiós a la empresa rusa, a la ciudad donde creció profesionalmente, fue la parte más dura, recuerda.
"Fue difícil para ellos dejarnos ir, habían invertido mucho en nosotros. Había mucha confianza. Y amor, se podría decir. El director [de la empresa] lloró, todos lloramos", añade.
- Un privilegio -
Recuerda que bailar en San Petersburgo, con una de las compañías de ballet más importantes del mundo, era un privilegio.
"Nunca pensé que bailaría allí. Hay mucho respeto [por el ballet]. En otros lugares puedes encontrar pasión, pero la gente no le dedica su vida", dice.
"Me sentí comprendida. En Brasil, incluso en Berlín, siempre tuve la sensación de que estaba mostrando demasiada ambición, que estaba demasiado loca" por el ballet.
Tres años después, Víctor Caixeta vive ahora en Londres y espera incorporarse pronto a una nueva empresa.
Dice que suele hablar con Olga Smirnova sobre "sólo los buenos momentos" de su estancia en Rusia.
“Recordamos lo bueno que era el repertorio, incluso la comida, el auténtico invierno”, explica con una sonrisa. "Creo que estábamos realmente traumatizados, fue muy difícil escapar", recuerda.
Caixeta dice que espera bailar algún día en Ucrania. "Con todo lo que está pasando, la gente todavía paga para venir a verme bailar... Tal vez quieran olvidar lo que está pasando en el mundo", dice. "Y poder darles eso es un gran privilegio".
jz/es/jc/dd
© Agencia France-Presse


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SG/CR

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