Mientras más se siga haciendo a un lado al sistema educativo, habrá más desigualdad y más consecuencias para millones de niños y jóvenes. Nuestro país no cuenta con el mejor nivel educativo a nivel mundial y sumarle las carencias en los servicios básicos de las escuelas, la desaparición del Programa Escuelas de Tiempo Completo y los nuevos cambios que busca implementar la Secretaría de Educación Pública, se convertirá en un gran reto que no garantiza si serán cambios para bien en este sector.
En México, 2 de cada 10 estudiantes de educación básica no cuentan con los servicios necesarios en sus escuelas como agua, electricidad, drenaje y sanitarios, además, el 16% no tiene el mobiliario básico para tomar clases de acuerdo con la organización Educación con Rumbo.
En 2021, el gasto público en infraestructura escolar fue de 15.4 mil millones de pesos, es decir, 12% menos que en 2020. Es una realidad que en el país un gran porcentaje de escuelas no cuenta con la infraestructura necesaria ni buenas condiciones en los servicios básicos para impartir clases de buena calidad a los alumnos.
De acuerdo con las cifras del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), este 2022 se destinarán 883,929 millones de pesos para el gasto público en educación, esto representa el 31% del PIB, el nivel más bajo desde 2010. El tema de la educación puede pasar desapercibido, no como otros temas como combatir la corrupción o la pobreza, cuando una de las principales soluciones para que millones de mexicanos puedan salir de la pobreza es ofrecer una buena educación.
Por otra parte, el nuevo modelo educativo planteado por la Secretaría de Educación Pública de desaparecer los grados escolares en educación básica y reemplazarlos por 6 fases, modificar los libros de texto y la eliminación de exámenes de evaluación internacional como la prueba PISA, se convierte en un reto más, no quiere decir que el actual modelo educativo sea el mejor, ni realmente el que México necesita para su progreso, sin embargo, se requiere de una investigación sólida que compruebe que este modelo será eficiente para la evolución de millones de mexicanos cuya educación y futuro está en riesgo.
Antes de que las autoridades correspondientes hagan propuestas en materia educativa, se deben tener claras las deficiencias que hay en el sistema para fortalecerlo y dejar de posponer este asunto. ¿Estas nuevas ocurrencias serán lo que realmente el país necesita para su evolución en materia educativa?