Diario ContraRéplicaMartha L. Mercado Ramírez
Magistrada del Tribunal Electoral de la Ciudad de México
@MarthaMercadoRm
Las autoridades electorales, tanto de nivel federal como local, estamos conscientes que para tener una democracia funcional, equitativa y libre, es necesario que todas las personas se sientan integradas y puedan participar en el acceso a espacios de toma de decisiones.
Uno de los elementos que ha impedido que tengamos una verdadera democracia es la violencia política contra las mujeres por razón de género, la cual no solo vulnera el ejercicio a los derechos político-electorales de éstas, sino que impacta en el desarrollo integral de nuestra sociedad.
La violencia política de género y sus consecuencias, ha sido objeto de debate por parte de autoridades, poderes legislativos, la academia, los medios de comunicación y la sociedad en general, coincidiendo todos en su impacto en nuestra democracia. Sin embargo, a pesar de las acciones y la buena voluntad general, este mal sigue siendo una barrera que impide el desarrollo y aspiraciones de millones de mujeres.
Ante esta situación se ha implementado el Registro Nacional de Personas Sancionadas por Violencia Política de Género, a través del cual, las personas que se integren estarán imposibilitadas de participar por un cargo de elección popular.
La medida es un importante paso hacia la erradicación de esta problemática, pero debe ir acompañada también de un cambio cultural, educativo y social, que impacte en las causas del machismo y las reticencias de muchas personas para permitir que las mujeres participen en la vida pública de nuestras comunidades.
Asimismo, considero fundamental que como sociedad demos seguimiento a este Registro, pues de esta forma podremos identificar a las personas que han vulnerado los derechos de las mujeres y que no puedan formar parte de la toma de decisiones de nuestro país como sanción.
La condena a la violencia contra las mujeres debe ser unánime e impostergable, no solo en el ámbito político, sino en todas las esferas sociales.
Debemos exigir que las niñas, adolescentes y mujeres dejen de sufrir violencia en sus casas o escuelas, que sean acosadas, que se les impida estudiar o trabajar. Erradicar el machismo y la hegemonía patriarcal será fundamental para construir una sociedad en donde reine la justicia y la igualdad de oportunidades.
No podemos seguir tolerando que se deje de lado y se vulneren los derechos del 50% de nuestra sociedad, exijamos a las autoridades que, desde nuestros ámbitos de competencia, garanticemos nuestra libertad; trabajemos como sociedad para asegurar que ninguna niña, adolescente y mujer se quede atrás.
Solo a través del trabajo conjunto entre sociedad y gobierno podremos erradicar la violencia en contra de las mujeres y, desde luego, escuchando a la ciudadanía de modo permanente. Eduquemos a las generaciones de hoy para que, en el futuro, todas las personas tengamos las mismas oportunidades y garantías para ejercer nuestros derechos.