A pesar del enorme esfuerzo que hemos hecho como gobierno en los últimos tres años, la transformación más profunda es un trabajo diario que se lleva a cabo en la familia.
Miles de familias zacatecanas que viven en condiciones difíciles, pero lograron mejorar sus ingresos gracias a los precios de garantía del nuevo gobierno. No obstante, las bodegas de Segalmex se saturan rápidamente y hay muchos productores que prefieren buscar mejores precios para sus granos ya que incluso con el precio de garantía, la canasta básica y los gatos de la vida cotidiana son muy caros.
También seguimos viendo conductas antisociales entre los más jóvenes, y a pesar de todos los apoyos que el gobierno ha dado a los zacatecanos, la migración y el daño al tejido social sigue avanzando.
Nos hemos puesto a reflexionar sobre las razones que motivan la desintegración de los núcleos familiares a pesar de que las condiciones en las zonas más pobres al menos no han empeorado.
Hay regiones de nuestro estado en donde los niños ya no van a la escuela. De por si dejaron de ir por la pandemia, pero en el arranque del nuevo ciclo escolar, nos encontramos con niños de ocho o nueve años que prefieren dedicarse al trabajo para llevar un ingreso a sus familias.
De manera que, si el tejido social tenía la amenaza latente de desintegración en las condiciones en las cuales los conservadores dejaron a la ciudadanía, la reincorporación de los ciudadanos más pobres en estos tiempos no solo es difícil sino una tarea preocupante.
En Zacatecas debemos sumar la arremetida del crimen organizado contra las comunidades más asiladas. Con la entrada del nuevo gobierno se les acabó el negocio criminal que durante décadas tuvieron con los conservadores, pero ahora en un acto sin escrúpulos el crimen embate directamente a las comunidades más pobres del estado. Hace un par de semanas hablamos de los desplazamientos forzados en la región colindante con Jalisco.
¿Qué es lo que está ocurriendo? Me preocupé mucho al ver que los niños no quieren regresar a la escuela, o algunos en su regreso al aula, han replicado conductas de violencia que vivieron durante estos meses de pandemia en sus núcleos familiares.
El asunto es que la pobreza genera frustraciones que son difíciles de entender para quienes siempre lo han tenido todo. La frustración de no tener alimento, el miedo que ejercen los grupos criminales y el olvido gubernamental, son el origen de la desesperanza y la tristeza.
Los luchadores sociales, y las organizaciones sociales, nos hemos centrado durante décadas no solo en gestionar las mejores condiciones para los más olvidados, sino también entregarles algo que es muy preciado por nuestro presidente: esperanza.
Lo que le pido a los zacatecanos es que no pierdan la esperanza. Nuestro presidente y los servidores del pueblo no les vamos a fallar.
Es muy importante que los niños regresen a la escuela, exhorto a todos los padres de familia, y tutores que lleven a sus pequeñitas y pequeñitos a clases. Sabemos lo difícil que son estos tiempos, pero deben tener presente que el gobierno no los va a dejar solos y que cuentan con nosotros.
Comenzando por las becas universales y los apoyos escolares.
El tejido social, se teje en comunidad. Dejemos que los niños vivan su infancia, y los adultos seamos quienes trabajen por ese futuro grandioso para las siguientes generaciones.