¿Qué necesitamos de los hombres ante la violencia feminicida?

El chico que apenas conocía me hizo todo tipo de preguntas, “¿cómo sé si soy machista?, ¿cómo puedo entender la violencia de género?, ¿a qué te refieres con cuestionar mis privilegios?, ¿cómo sé si en cierta ocasión fui machista?; si lo soy, ¿dónde puedo encontrar apoyo? Era la primera vez en años que estaba frente a un hombre que sin juicio, sin “defenderse”, sin pelear con mis respuestas, estaba tratando de entender lo que sucedía en nuestro país.

Desde ese día me he hecho la misma pregunta, ¿qué necesitamos de los hombres ante la violencia feminicida que impacta la vida de todos los mexicanos?

He recibido un montón de mensajes, imágenes, audios, etc; y he leído cientos de post en todas mis redes sociales, donde hombres de todas las edades aseguran que están para nosotras frente a la violencia feminicida que vivimos en México.

Invitaciones de choferes de servicios de taxi a llamarlos sin costo cuando nos sintamos inseguras, a que los tomemos de la mano en la calle cuando exista alguna amenaza en nuestra contra, a fingir que son nuestros novios o hermanos para que nuestro atacante se espante. No, no son héroes lo que necesitamos las mujeres. La respuesta varonil que necesitamos ante la descomposición actual es mucho más amplia.

Sin duda es un gesto amable su interés por protegernos, pero dista muchísimo de lo que realmente se necesita en estos momentos. Es como ofrecer un café a la madre destrozada afuera de la funeraria donde velan a su hija y creer que es lo que necesita para aliviar su dolor. La acción es insuficiente, está limitada a la visión de que las mujeres necesitamos que nos rescaten, está fundamentada en la creencia de que somos víctimas sin poder. No es que crea que no nos necesitamos unos a otros para salir de este círculo, pero con la mentalidad incorrecta, solo vamos a generar más violencia.

Lo que necesitamos primero es que los hombres se cuestionen. Eso significa que para empezar pregunten para entender, no para defenderse. La segunda opción es decepcionante y casi siempre nos gasta toda la energía, pero cuando preguntan para entender, dan apertura al diálogo. Empiezan a cuestionarse los privilegios de ser hombre, los más básicos si quieren, pero es lo que empezará a generar una consciencia rebelde al machismo y sobre todo, a ver las causas que generan la violencia feminicida. Ser conscientes de lo que aún está enterrado en el inconsciente. Cuando podemos ver algo que antes no veíamos, podemos reconocerlo y parar en el momento ideal. Detener la violencia antes de que sea perpetrada. Eso es lo que necesitamos.