Columnas
Sí, llegamos a los primeros 100 días; seguramente en el Zócalo reinará el triunfalismo en su máxima expresión, México ya es un país distinto, dicen, del primer mundo, qué digo del primer mundo, el mejor de la galaxia, legado del "caudillo oculto", que a veces es muy visible. Sin duda también la mediocre oposición dirá lo contrario, esos que no supieron gobernar y que se cansaron de joder al país hasta que lo llevaron a donde estamos hoy, padeciendo una gran transformación, histórica, cualquier cosa que eso signifique.
Aquí va lo bueno, lo malo, lo feo y lo peor de estos primeros 100 días.
Lo bueno
Parece que hay un cambio en la "estrategia de seguridad", se acabó esa estupidez llamada "abrazos no balazos", enmascarada en el "humanismo mexicano", que no es otra cosa más que un sonoro fracaso que llevó al país a su peor crisis de inseguridad, histórico por cierto, vaya que van a pasar a la historia, están tan obsesionados que claro que pasarán como los que abdicaron y se entregaron a los criminales, abrazándolos porque "también son pueblo", y si no hacen caso tendrán el enorme castigo de ser acusados con sus mamases y sus abuelitas.
Hemos dejado de ver esas patéticas imágenes de soldados apabullados, golpeados, humillados, de criminales que se paseaban a sus anchas echando bala sin que nada ni nadie se los impidiera, pero eso no quiere decir que México ya se transformó, y si lo hizo no es precisamente para mejorar.
Lo malo
Entre las muchas mediocridades a las que nos hemos acostumbrado está el del crecimiento económico; ellos que dicen ser tan distintos se parecen tanto a los de antes, que hasta podrían ser hermanos gemelos; este año creceremos menos que el año pasado, que ya de por sí fue bajo, y en 2026 "repuntaremos" pero poquito; vaya ni siquiera existe una estimación en este sexenio sobre cuánto creceremos en el periodo, hábilmente lo han dejado de lado, pero el,crecimiento económico ha sido, es y por lo visto serpa mediocre por mucho tiempo, claro los programas sociales a todo lo que dan, a costa de las finanzas públicas, es una película vieja y no hay porque esperar que tenga un final distinto, estamos empeñando el futuro.
Lo feo
Hay dos cosas que desde luego no se podrían cambiar en 100 días, que son herencia del mesías tropical, pero que sin duda tienen a este gobierno atrapado, y quien sabe por cuánto tiempo. El inseguridad es y será un problema de muy largo aliento, el 30 por ciento del territorio nacional está controlado por el crimen organizado aunque lo nieguen y lo requetenieguen (Díganle a la alcaldesa de Coalcomán, a los habitantes de Tabasco recibiendo su rosca de reyes cortesía del crimen organizado, y tanto y tantos ejemplos); el crimen organizado no se replegará ni dejará las plazas tan fácilmente, los abrazaron y mimaron por muchos años, no es cosa de que ahora se resignen a dejar el multimillonario negocio que los tiene empoderados.
El segundo factor es solo la punta del iceberg, y también legado del mejor presidente de toda la historia de la galaxia y universos circunvecinos, Dinamarca está a años luz, la aberrante, cruel, sádica y cínica mentira que nos endilgaron hace unos meses señalando que ya teníamos el mejor sistema de salud del mundo, se enfrenta cada vez más a la cruda realidad, no hay medicamentos suficientes, los mexicanos mueren por falta de atención, cuidados y medicinas; se trata de un crimen de estado, nada nuevo, data de muchos años atrás, pero es un crimen y lo saben.
Lo peor.
Ahí viene Trump.