2020: Los retos al crecimiento

Dado que en octubre de 2018 se realizó la encuesta que justificó la cancelación del Aeropuerto de Texcoco y el inicio de la “crisis de confianza” que secó las inversiones, no es arriesgado establecer a diciembre de 2018 como el inicio de los meses “malitos” con los que es fácil tener un comparativo positivo. De esta manera, mientras los comparativos hasta noviembre 2019 contra el mes respectivo del año anterior fueron reflejando el estancamiento, los que se realicen a partir de diciembre 2019 contra su par de 2018 tenderán a ser menos sombríos.

¿Esto significa que el país ya garantizó resultados mejores a los de 2019? La respuesta es no. Si bien el año pasado fue lo suficientemente malo como para prever que los comparativos en el 2020 sean favorables, el país aún enfrenta retos y riesgos importantes.

El más obvio, aunque no por eso menos riesgoso, sea insistir en mandar señales que generen desconfianza. Si bien ya no hay otro proyecto similar al NAIM para cancelar en 2020, el crecimiento puede irse reduciendo conforme se presenten arbitrariedades que violenten procedimientos (como la designación de la titular de la CNDH), incumplan compromisos ya establecidos (como el caso de los gasoductos), cambien unilateralmente las “reglas del juego” (como sucedió con las subastas eléctricas, las rondas eléctricas o los farm outs) o se perciban contrarias al Estado de Derecho (como el proyecto filtrado de reforma al sistema de justicia penal) y la democracia (caso Bonilla o eventual reforma al INE).

Asimismo, y dado que la SHCP utilizó como parámetro para los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) un crecimiento del 2% del PIB 2020, en caso de que éste sea menor se reduce la recaudación, no se alcanzan las metas del SAT y, tal como sucedió en 2019, el Gobierno Federal podría enfrentar una nueva crisis de liquidez. No es por espantar a nadie, pero el FMI acaba de recortar su expectativa de crecimiento para México en 2020 del 1.3% al 1.0%.

Dada la desconfianza en el país, tanto por la inseguridad como por las malas señales que se han enviado a los inversionistas, es muy probable que en la elección presidencial en los Estados Unidos haya muchos ataques a México (racismo, migración, narco o producción nacional), lo que podría frenar aún más las inversiones y generar rechazo a los productos mexicanos. Este tipo de campaña negra contra el país puede venir tanto de Republicanos (Trump es capaz de declarar cualquier barbaridad) como de los Demócratas (si optan por un perfil como Sanders, quien abiertamente se opuso al T-MEC).

En ese sentido, y más que la guerra comercial entre China y los Estados Unidos que le ha dado resultados variopintos al país (exportamos más a Estados Unidos, pero también importamos más insumos de Asia), preocupa la evolución del coronavirus. Actualmente es una epidemia focalizada, pero si se llegara a extender y fuera una pandemia, se generarían condiciones muy perjudiciales para México con cadenas productivas globales dislocadas o interrumpidas, controles fitosanitarios que encarezcan los flujos de mercancías o, en un caso muy dramático, cierre de fronteras.

Sin duda, será un 2020 lleno de emociones.