El Banco Mundial planea emitir su primer bono enfocado en la sequía dentro de los próximos 12 a 18 meses y expandir su gama de bonos para catástrofes, según un alto ejecutivo de la entidad. Este nuevo instrumento se sumará a los ya existentes bonos catástrofe, destinados a proporcionar alivio financiero a países afectados por desastres naturales.
"Nos encantaría hacer algo en el ámbito de la sequía, es algo en lo que estamos trabajando," afirmó George Richardson, director del departamento de mercados de capitales e inversiones del Tesoro del Banco Mundial, en una entrevista con Reuters. Richardson añadió que es probable que este bono se enfoque en África, una región especialmente vulnerable a este tipo de catástrofes.
El Banco Mundial, a través de su brazo crediticio conocido como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), ha estado emitiendo bonos catástrofe durante más de una década. Estos bonos han sido una herramienta crucial para ayudar a las economías emergentes a mitigar los efectos de tormentas y terremotos, desembolsando hasta 568 millones de dólares en seguros.
Hasta la fecha, la mayoría de los bonos catastróficos del Banco Mundial han cubierto países en las regiones del Pacífico y el Caribe, con México dominando la emisión. No obstante, Richardson mencionó que la entidad está en conversaciones para ampliar el alcance geográfico de estos bonos, incluyendo ahora a más países y regiones.
El sur de África enfrenta actualmente la peor sequía en años, exacerbada por el fenómeno de El Niño y el aumento global de temperaturas debido a las emisiones de gases de efecto invernadero. En 2023, el mundo experimentó fenómenos meteorológicos extremos que batieron récords. Richardson destacó que modelar sequías, incendios forestales e inundaciones es más complejo que modelar terremotos o tormentas, especialmente para bonos de catástrofes paramétricos, cuya activación depende de parámetros físicos específicos de un evento.
Además de los bonos, el Banco Mundial ha introducido recientemente cláusulas en sus préstamos que permiten a los países más vulnerables y de renta baja aplazar pagos hasta por dos años en caso de sufrir una catástrofe natural grave. Hasta ahora, siete países han adoptado las Cláusulas de Deuda Resiliente al Cambio Climático (CRDC): Bahamas, Barbados, Belice, Granada, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, y Montenegro.
Foto por AFP