Carmina Restaurant, cocina de brasas que no puedes dejar de visitar

Carmina ofrece una gastronomía a base de la brasa que se mezcla con diversas técnicas internacionales para crear platillos que son capaces de deleitar los paladares más exigentes.

ContraRéplica visitó el lugar para comprobar lo que a voces se conocía y, claro, disfrutar de su ameno ambiente.

Fuimos recibidos con un “Lillet Vive”, un cóctel a base de aperitivo lillet, fresas, pepino, hojas de hierbabuena y agua tónica que al dar el primer sorbo te hace olvidar el estrés laboral o al menos así nos ocurrió.

Mientras esperábamos con ansia los platillos con los que nos iban a deleitar, nos ofrecieron una canasta de panecillos de cortesía de la casa, que son horneados en el restaurante, y que iban acompañados de 3 salsas de la casa, una salsa verde con tomates y chiles serranos con un "picosito" ligero, una salsa roja matajada con jitomates y chiles serranos que te hace recordar los domingos de taco placero con la familia y una salsa con chiles habaneros con el toque justo de picor, que al ser integradas a los panes sientes la curiosidad de saber que más te espera.

Como entrada, nos sorprendieron con betabeles a las brasas con jocoque y arugula. Tiernos, dulces, con un ligero toque ahumado que te hace cuestionar, ¿por qué mi mamá nunca me los dio así?

Para el segundo tiempo, nos ofrecieron una ensalada verde con higos, manzana verde, almendras tostadas, lechuga larga, cebolla morada, aderezo con miel de abeja y jugo de limón, la cual, para quienes estamos acostumbrados a que la ensalada es guarnición, te deja fascinado con la frescura y la combinación de sabores dulces por las frutas y miel con un toque ácido del limón generando un contraste peculiar.

Mientras seguíamos degustando la ensalada, pedimos un Rose Martini, una mezcla de la casa a base de Ginebra Malfy rosa, pulpa de fresa, jarabe de bugambilia y top de vino espumoso. También un Guava Sonorense, un mix de guayaba con tamarindo natural, licor de Cassis, escarchado picosito y sotol de la casa, porque los destilados nacionales no sólo son tequila y mezcal.

Ya para el plato fuerte probamos su arroz con mariscos, que a decir verdad, nos sorprendió su toque a “mar” acompañado por el ligero, pero perceptible sabor ahumado que hace de la combinación de sabores de la almeja blanca, el camarón, la chistorra (que no es del mar pero le da un sabor peculiar), el calamar y el callo de hacha, un festín para el paladar.

Verdaderamente, estos platillos dejan satisfecho en todos sentidos a cualquiera, pero obviamente no podíamos retirarnos sin el postre, el cual consistió en un pay de limón con merengue italiano y bombones quemados, que previamente nos había enamorado con tan sólo verlo en las fotos de su perfil de Instagram (@carminarestaurant), pero que superó nuestras expectativas al notar que tenía las proporciones correctas de dulce y acidez. En verdad te hace sentir que tocas el cielo.

Claro, debíamos acompañar nuestro postre con un par de carajillos, seleccionamos el Irish Clove y el Nixta. El primero, con Whiskey Bushmills, frambuesas y jugo de limón, el segundo con una base de licor de maíz Nixta, café expresso, ralladura de naranja, que combinan perfectamente con pay de limón.

Obviamente, estos platillos no son los únicos que ofrece Carmina, dentro de la carta puedes encontrar entradas a base de queso burrata y atún, ceviches, tacos de pescado y res, empanadas y claro, algo infaltable en una cocina de brasas son los cortes, una experiencia que no debes dejar pasar.

Desde que llegas a Carmina eres recibido por David Solis, gerente del lugar, quien junto a Miguel Ángel Casillas, capitán de meseros, explican un poco del concepto del lugar.

Platican que Carmina vio la luz aproximadamente tres meses atrás. El chef Josué Rodríguez Maya, creador de cartas como la del restaurante Rosa Negra, quiso llevar a cabo su propia experiencia como dueño de un restaurante donde la gente pudiera sentirse a gusto para degustar un rico cóctel y una comida capaz de maravillar al mismísimo Centéotl.