Columnas
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) nació en 1974, no como una conquista partidista, sino como un fruto de la lucha social del 68. La UAM tiene un firme propósito: hacer la vida más vivible a aquellos que la hacen posible, el estudiantado, profesorado, trabajadores y trabajadoras, y por ende, a la sociedad misma. Hoy, 50 años después, seguimos celebrando su legado, su evolución y, sobre todo, el propósito que nos guía como profesores-investigadores comprometidos con México.
A lo largo de este medio siglo, la UAM ha sido reconocida en diversos rankings, siendo una de las mejores universidades del país, siempre ocupando espacios muy altos en dichos listados. Pero lo cierto es que nosotros no competimos. Como bien dijo Georg P. Box, en esencia, todos los modelos están equivocados, pero algunos pueden ser útiles. Así, la UAM, sin pretender una preeminenciaacadémica, se dedica a transformar, innovar y aportar conocimiento que beneficia no solo a quienes pasan por sus aulas, sino también al país entero.
El lema de la UAM en náhuatl, In calli ixcahuicopa (Casa abierta al Tiempo), refleja su esencia: una universidad abierta a los cambios, dispuesta a acoger, adaptarse al futuro, y apelar a la memoria. Sus sedes, instaladas en lugares que en la época prehispánica eran populares: Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztapalapa, Lerma y Xochimilco.
A medio siglo de existencia, la UAM sigue enfrentando retos fundamentales. Uno de los más urgentes es erradicar el patrimonialismo académico, que obstaculiza el progreso y la renovación constante que necesitamos como universidad. También es indispensable fomentar la multidisciplina, que hoy más que nunca es clave para enfrentar los complejos problemas sociales y científicos que enfrenta el país. Como dijo Juan Villoro (egregio uamero) una universidad es el anticipo de país para el que prepara a sus estudiantes. Este es un reto que exige compromiso y una visión clara del papel que las universidades deben jugar en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y preparada para el futuro; y ello también es hacia adentro de la institución.
La UAM ha demostrado a lo largo de su existencia que está al servicio de México, y merece ser tratada políticamente a la altura de su importancia, no sólo en términos presupuestales sino en el concierto de la recuperación de las investigaciones de las y los investigadores. El futuro del país depende en parte de las universidades como la UAM, que con medio siglo de vida se enrutan al firme propósito de hacer más grande a México.
X: @carrerabarroso