Casillas especiales y certeza

Las casillas especiales están en la ley electoral desde hace 31 años. Buscan asegurar que quienes, por la razón que sea, no puedan votar en la casilla ordinaria más cercana a su domicilio, tengan dónde ejercer su sufragio y ese derecho político electoral no quede indebidamente suspendido o restringido.

Con cierta frecuencia, en la cobertura mediática del día de la jornada electoral, escandalosa por lo demás, hemos visto grupos de ciudadanos y ciudadanas que, en algunas casillas especiales, indignados e indignadas, reclaman al INE más boletas, pues la dotación original se ha agotado.

Este tema y la manera de presentarlo por las televisoras y radiodifusoras genera confusión sobre la utilidad de estas casillas y sobre su viabilidad para cumplir la función para la que fueron creadas en la ley hace años: que nadie se quede sin votar.

Según nuestra ley general electoral, en cada uno de los 300 distritos electorales uninominales del país se podrán instalar hasta diez de estas casillas. La norma dice también que su número y ubicación serán determinados por los respectivos consejos distritales del INE. Lo hacen en atención a la cantidad de municipios comprendidos en su ámbito territorial, a su densidad poblacional, y a sus características geográficas y demográficas. Además, dice que la integración de las mesas directivas de estas casillas se hará preferentemente con ciudadanos que habiten en la sección electoral donde se instalarán, pero en caso de no contar con el número suficiente de ciudadanos podrán ser designados de otras secciones electorales.

Cabe recordar que, según datos del INE, para las elecciones de 2018, en 649 casillas especiales (61.75% del total aprobadas) se recibieron 750 o más votos; en 261 de éstas (40.22%) cerraron antes de las 18:00 horas, y en solo 91 (8.66%) quedó registro en las actas de la JE que la “cantidad de boletas no fue suficiente y que hubo molestia de las y los electores que no alcanzaron a emitir su voto”.

Frente a estos datos, para las elecciones federales de junio de 2021, el instituto acordó dotar a estas casillas por primera vez, de mil boletas, (siempre eran 750). Además, estudió el funcionamiento de estas mesas receptoras de nuestro voto. La principal fuente de información fueron los resultados de cuestionarios dirigidos a las 332 vocalías de organización electoral de los órganos locales y distritales del ine. Se aplicaron también a las y los capacitadores asistentes electorales (que operan en campo el domingo de la elección) y, claro, al funcionariado de las mesas directivas de casilla.

Hace unos días, me topé con el informe de resultados que el Consejo General conoció en diciembre de 2021. Los hallazgos, conclusiones y líneas de acción son interesantes. Contiene lecciones valiosas para 2024. Avanzaré en entrega posterior.

@ElConsultor2