Críticas a manejo de Covid sube ataques a periodistas

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Las críticas y cuestionamientos sobre el manejo de la pandemia del Covid-19 a diversas autoridades en México ha derivado en un aumento en las agresiones a periodistas y medios de comunicación, ya que durante el primer semestre de 2020 se registraron 406 casos, un incremento de 45 por ciento respecto al mismo periodo de 2019 cuando hubo 280 casos.

Un informe de la organización Artículo 19 expone que en el primer semestre del año se documentaron cuatro asesinatos de periodistas y se destaca que durante dicho periodo se documentaron al menos 68 agresiones a comunicadores y medios durante la cobertura de la pandemia, siendo una de las causas la negativa de gobernantes a responder cuestionamientos o críticas sobre el manejo de la emergencia sanitaria. Casi uno de cada dos agresiones es perpetrado por funcionarios públicos.

“Algunos factores que propagan el crecimiento de las agresiones son la intolerancia de los funcionarios al escrutinio público, particularmente vinculado a la pandemia, la represión de protestas, así como la captura del poder público por el crimen organizado”, se subraya.

Existe un efecto multiplicador donde la misma estrategia del gobierno de Andrés López Obrador se repite en los estados. “En vez de fungir como espacios de diálogo o de transparencia informativa, tanto el presidente como los gobernadores utilizan las conferencias de prensa, en temas generales y de la salud, para estigmatizar y denostar a la prensa”.

En Baja California, Jaime Bonilla y su equipo son responsables de al menos 11 bloqueos y estigmatizaciones contra medios críticos. El gobernador ha llamado mentirosos a quienes investigan y dudan los datos presentados sobre el manejo de la pandemia.

En Puebla, 25 agresiones, poco más de 50 por ciento del estado, son vinculadas directamente al gobierno de Miguel Barbosa, quien rechaza preguntas de medios quienes le han cuestionado.

Durante el primer semestre de este 2020 también existe un componente de género en incremento de la violencia. Los ataques contra las mujeres periodistas casi se duplicaron, pasando de 56 a 111. Asimismo, las agresiones en el transcurso de coberturas de movimientos sociales o protestas, entre estos los movimientos de mujeres exigiendo justicia, representan más de 16 por ciento de las agresiones.

“Preocupa el rol de la delincuencia organizada en la violencia contra la prensa. Quintana Roo, Guerrero, Baja California y Sonora presentan altos porcentajes de agresiones por crimen organizado. Los asesinatos, la desaparición de un periodista por más de 48 horas, y las amenazas de muerte por grupos del crimen organizado son una constante en regiones donde la frontera entre el gobierno y el crimen organizado se vuelve difusa”, se subraya.

En México se agrede actualmente a la prensa cada 10.75 horas, señala la organización que recordó que, con 609 agresiones, 2019 —primer año de la administración de Andrés Manuel López Obrador— fue el año más violento contra la prensa en la última década.

Sin embargo, en los primeros seis meses de este año ya se alcanzó 66 por ciento de este infame récord. Como comparativo, este primer semestre de 2020 ya superó el total de agresiones documentadas en todo 2015. “De continuar esta tendencia, 2020 sería el año más violento para la prensa desde que Artículo 19 tiene registro”.

La organización señala que en México siguen matando a periodistas. Se tienen documentados el asesinato de dos de enero a junio: María Elena Ferral, el 30 de marzo, en Veracruz, y Jorge Armenta, el 16 de mayo en Sonora.

En total, son 4 asesinatos en 2020, considerando los casos de Pablo Morrugares, asesinado el 2 de agosto en Guerrero, y Julio Valdivia, asesinado el 9 de septiembre en Veracruz. Éste último ocurrió apenas la semana pasada. Con estos, suman 15 periodistas quienes perdieron la vida por su labor bajo la actual administración.

Las principales agresiones contra periodistas y medios registradas en 2020 son amenazas, intimidaciones y hostigamientos, así como bloqueos informativos y alteraciones de contenido.