Día de campo para Morena en varias entidades; otras se dividen y algunas se esfuman

Se acusó de desaseo, pero, al final de cuentas, en la política todo es posible cuando se obedece a otros intereses. Sin embargo, hay una interrogante que, de acuerdo con los parámetros, no cuadra en los pronósticos que arroja Andrés Manuel y los porcentajes que promedia Morena. Hay una ambivalencia entre ambas; el presidente posee una aceptación del 70% según el último estudio de la empresa Enkoll. Subió en relación al ejercicio anterior 9 puntos; no obstante, ese ascenso gradual no se reflejó en la intención del voto de la población del partido guinda a excepción de algunos estados en los que evidentemente se vivirá un auténtico día de campo. Allí, la oposición no puede evitar una derrota inminente.

Una muestra del arrastre del presidente se refleja en Zacatecas, con David Monreal que ganará sin contratiempos; en Guerrero, Félix Salgado camina sin rival al 6 de junio; en esa ruta se sostiene María del Pilar en Baja California; también en Colima, Indira Vizcaíno arrasará el ejercicio democrático; y por último Nayarit, donde Miguel Ángel Navarro técnicamente no tiene contrincante que genere tensión en los pronósticos.

Pero, la disputa en algunos otros estados, se torna cerrada y dividida. Eso se puede convertir en una tragedia electoral que hace poco no estaba en la mente de la dirigencia Nacional de Morena. Es evidente que, en varios territorios, se desplomó el respaldo de la opinión pública que se inclinaba hacia el partido en el poder federal. Su desempeño bajó a sólo cinco meses del ejercicio democrático.

En algún momento el triunfo estaba cantado, había hegemonía; no obstante, la oposición se sobrepuso, incluso, rebasó a Morena en algunas entidades. Aunque abiertamente no se reconoció la poca compatibilidad que hay de los perfiles, es más que obvio que muchos de ellos en la perspectiva de los hechos no producen elocuencia y capacidad de convocatoria. Buscan trepar únicamente a través de la marca para tomar partido; de otra forma sería imposible— porque el único motivo inmejorable son las siglas que jala Morena.

Esa poca atracción se vio reflejada en Chihuahua donde evidentemente la oposición rompió los pronósticos; el PAN lleva ventaja; lo mismo pasó en Baja California Sur, San Luis Potosí y Querétaro. Tal parece que allí, Morena no podrá meter ni las manos.

Y qué me dicen de otros territorios en los que la línea es muy delgada y la brecha se cerró. Se encendió la alarma— ya que no se ha logrado dar solidez y legitimidad. De acuerdo al estudio reciente de Massive Caller— que es donde hemos sustentado esta columna, la disputa interna en cada uno de los estados está para cualquiera por la discordia que provocó la designación; a ese encono se le sumó el poco capital político de los coordinadores del voto.

Michoacán, Campeche y Nuevo León, están en la puerta que ha empezado a preocupar a Morena por el papel poco funcional para asegurar un triunfo. En estos momentos naufraga.

Hoy por hoy estas entidades atraviesan por una etapa crítica porque ha comenzado a descender de forma acelerada el colchón que se acumuló hace apenas unos meses. De hecho, el territorio Purépecha es el mejor ejemplo de que Morena se cae a pedazos; se debilitó tanto su estructura que, en este preciso instante, reina la incertidumbre. Buena parte de esa caída es exactamente desde que se nombró al aspirante que abanderará al partido guinda. Raúl Morón perdió 12 puntos en tan solo un mes, increíble. Es una cifra muy considerable que puede ser la clave de la derrota; además, esa tendencia a la baja provocó que la contienda fuese de tercios.

Entonces, ¿qué pasó? Ése enorme margen se diluyó; se redujo de 42% a 30%. El Segundo lugar le pisa los talones con 24%; y en el flujo de esa monumental grieta, el aspirante Arias Solís crece potencialmente en tan solo un mes. Con esa lógica, evidentemente se metió de lleno a la pelea por el Solio de Ocampo en el que Morena y Raúl Morón facilitaron el triunfo de otro partido. Lo hemos comentado: la tenían y la dejaron ir.

Cristóbal Arias empuja fuerte. Fue el aspirante que más creció. Se llevó media estructura de Morena en el que actualmente ha emigrado la población afiliada a las filas de Fuerza por México. Puede revertir ese margen pequeño y coronarse como gobernador, así lo muestra la lógica.