Gran Bretaña y Estados Unidos se encuentran entre los países que no han apoyado una propuesta presentada en Naciones Unidas que reconocería el acceso a un medio ambiente seguro y saludable como un derecho humano, provocando críticas de que estén socavando sus promesas antes de la conferencia sobre el clima.
Diplomáticos dijeron que se espera que el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, adopte la resolución esta misma semana, incluso si un país que se opone pide una votación, ya que los partidarios son numerosos e incluyen a Costa Rica, las Maldivas y Suiza.
Si se aprueba, los defensores del medio ambiente dicen que presionará a los países para que se unan a los más de 100 estados que ya reconocen el derecho legal a un entorno saludable.
Si bien la resolución no sería vinculante, abogados dicen que dará forma a las normas y ayudará a los defensores a desarrollar argumentos en casos relacionados con el clima.
La Organización Mundial de la Salud calcula que 13.7 millones de muertes al año, es decir, alrededor del 24.3% del total, se deben a riesgos medioambientales como la contaminación del aire y la exposición a sustancias químicas.
“A nivel nacional, se ha demostrado que este derecho capacita a las personas, especialmente a las más vulnerables a los daños medioambientales o al cambio climático, para impulsar el cambio y exigir responsabilidades a los gobiernos”, afirmó Marc Limon, del grupo de reflexión Universal Rights Group.
“Esto podría explicar por qué a algunos gobiernos como el de Estados Unidos, Rusia y Reino Unido no les gusta”.
Observadores que siguen los debates han criticado la postura británica como anfitriona de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) que se celebrará en Glasgow el mes que viene.
“El liderazgo en materia de clima debe reflejarse en los compromisos de la diplomacia: hay algo más que ser anfitrión de la COP”, dijo Sebastien Duyck, director de la campaña sobre derechos humanos y cambio climático del Centro de Derecho Ambiental Internacional.
La misión estadounidense no respondió a una solicitud de comentarios.
En las discusiones sobre la resolución, Washington también se refirió a las preocupaciones legales, así como a la inquietud de que el reconocimiento de nuevos derechos pueda diluir los derechos civiles y políticos tradicionales, según fuentes que siguieron las conversaciones.
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