Ejidatarios del Frente del Pueblo en Defensa de la Tierra (FPDT), junto a diversos campesinos de la región de Texcoco, han unido fuerzas para proponer una reforma constitucional que defienda el cultivo del maíz nativo y prohíba el uso de maíz transgénico. Esta iniciativa surge en un contexto de creciente preocupación por la preservación de la agricultura tradicional en México.
La segunda edición de la Feria del Maíz y la Milpa se celebró en la cabecera municipal de Atenco, con el objetivo de resaltar la importancia de la tierra y el trabajo agrícola. Los organizadores presentaron una vendimia que incluyó productos sembrados y elaborados por ellos mismos, como un testimonio de sus 20 años de lucha para proteger sus tierras. Entre sus logros, destacaron la cancelación definitiva de un proyecto aeroportuario y su actual esfuerzo por restaurar la Cuenca del Valle de México.
La inauguración de la feria estuvo marcada por una ofrenda prehispánica, que incluyó un saludo a los cuatro puntos cardinales y al Dios Ometéotl, simbolizando la conexión espiritual con la tierra y las tradiciones ancestrales.
Además de los productos del maíz, la feria también ofreció una variedad de alimentos provenientes del lago, reflejando la rica gastronomía prehispánica de la región. Víctor Suárez Carrera, Subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, asistió al evento y destacó la resistencia de los integrantes del FPDT, así como su papel en la promoción de proyectos que benefician al campo. Recordó la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de prohibir el uso de semillas de maíz transgénicas, elogiando el esfuerzo por preservar el maíz originario, un símbolo de identidad nacional y alimento básico.
El FPDT ha trabajado en colaboración con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para implementar iniciativas que no solo buscan la recuperación ambiental de la Cuenca de Texcoco, sino que también fortalecen la cultura, identidad e historia de la región.
“El compromiso con la comunidad se refleja en proyectos que fomentan la participación activa de los pueblos, reconociendo su sabiduría ancestral y su conexión con el territorio. Atenco, a la orilla del agua, sigue siendo un símbolo de orgullo para todo el pueblo de México”, afirmaron los líderes del FPDT.