La vida universitaria se caracteriza por representar en cada uno de sus salones, carreras, facultades, alumnos, profesores y personal administrativo; ejemplos de la pluralidad política, cultural y económica de nuestro país. En esa diversidad se encuentra gran parte de su riqueza, pues en sus salones conviven las posiciones políticas de todas las vertientes: izquierda, centro y derecha comparten una misma fila de bancas. Todos son capaces de desarrollarse y mirarse en los otros, pues tienen claro que en las aulas se respira el deseo y la necesidad por el saber, se alimenta la razón y se palpa el crecimiento humano y cultural ,en el que la educación constituye un elemento catártico que libera a sus participantes para ser los Prometeos contemporáneos.
A la par del desarrollo individual, las universidades también nos enseñan que tenemos un deber para con los demás, que nos permite desarrollar la conciencia de solidaridad y compromiso, para generar actos de verdadera reciprocidad con la sociedad a la que pertenecemos; sin embargo, más allá de la convicción universitaria hay que considerar algunos indicadores.
En primer lugar, de conformidad con el Programa Nacional de Juventud 2014-2018 en México viven 37,990,448 de jóvenes, quienes representan el 30.6% de la población del país; en segundo término, de conformidad con la SEP, sólo el 39.7% de los jóvenes entre 18 y 23 años acceden a una educación superior, tal como lo menciona en sus Cifras 2018-2019 del Sistema Educativo Nacional, es decir, que poco más del 60% ya no continúan con su educación; por otro lado, el acceso al mercado laboral ofrece condiciones precarias, con alta rotación y bajos ingresos a los jóvenes, tal y como se reconoce en las Reglas de Operación del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro; en cuarto lugar, el Informe País del Instituto Nacional Electoral establece que jóvenes de entre 18 a 29 años son los que menos participación política no electoral tienen y quienes muestran un declive en actos altruistas o solidarios, como donativos, participación voluntaria a beneficio de la comunidad, ayuda en organizaciones civiles; finalmente, si a ello le sumamos los efectos de la Pandemia, el panorama universitario no resulta alentador.
Es aquí, donde la suma de esfuerzos entre nuestra Máxima Casa de Estudios, a través de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, la Universidad Multicultural (Cudec), así como Early Institute; han permitido generar opciones en las que se muestran a los universitarios otros campos de acción, vinculación y trabajo que concatena el desarrollo profesional con el bienestar de la colectividad. Así se puso en marca el Programa "Rumbo", como una opción de formación centrado en la persona y en la colectividad, en la que a través de equipos interdisciplinarios se crean modelos de incidencia en políticas públicas y proyectos sociales para incidir en temas ambientales, educativos; para prevenir el bullying o fomentar la participación juvenil, construcción de huertos comunitarios, atención a las víctimas de violencia sexual o atención a niñas y niños que viven con sus madres en situación de cárcel y transporte seguro, por mencionar algunos.
La experiencia ha permitido a sus participantes involucrarse con causas sociales, acercarse a tomadores de decisión, organizaciones de la sociedad civil, autoridades de distintos ámbitos de gobierno y desarrollar proyectos con alta calidad y viabilidad que se fortalecen con convocatorias de organismos nacionales como las del INE a través de #JuventudActúaMx o internacionales como UNICEF.
La vida universitaria no se detiene y sus ideales tampoco, por eso nos hemos reinventado, pues su pensamiento critico y creativo, así como su formación, van más allá, la dialéctica de la ilustración de Theodor Adorno y Horkheimer y la modernidad líquida de Bauman han perdido cierto grado de validez, pues hoy, utilizamos con mayor énfasis las tecnologías de la información, sistemas híbridos y plataformas que nos permiten mirar, con una mezcla de nostalgia y alegría a nuestros estudiantes, profesores y amigos y seguir alimentando ese deseo de saber, pues ese el rumbo de los universitarios.