Científicos de Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, afirmaron en un artículo publicado por el revista The Lancet, la existencia de pruebas sólidas de que el COVID-19 se transmite predominantemente por el aire.
El grupo de expertos dirigido por Trish Greenhalgh, de la Universidad de Oxford, se encargó de revisar las investigaciones publicadas e identificó 10 líneas de evidencia que apoyan la idea de que la vía aérea es la causante de la transmisión del virus que causa el COVID-19.
Por su parte, José Luis Jiménez, químico de la Universidad de Colorado Boulder, y uno de lo expertos que firman el artículo, hizo un llamado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), respecto a que las pruebas apoyan la transmisión vía aérea de la enfermedad.
“Las pruebas que apoyan la transmisión por vía aérea son abrumadoras, y las que apoyan la transmisión por gotas grandes son casi inexistentes. Es urgente que la Organización Mundial de la Salud y otros organismos de salud pública adapten su descripción de la transmisión a las pruebas científicas para que la mitigación se centre en la reducción de la transmisión aérea”.
Señalan que los eventos por superdifusión (superspreader events), que generaron el brote del Coro de Skagit, causó el contagio de 53 personas a partir de una persona infectada.
Además, destacan la investigación sobre la transmisión silenciosa del COVID-19 (casos asintomáticos o presintomáticos) de personas que no tosen o estornudan, representa al menos el 40% de toda la transmisión. Este ejemplo es una de las principales vías de propagación del COVID-19 en todo el mundo.
El equipo enfatizó que no halló pruebas de que el virus se propague fácilmente por grandes gotas, las cuales caen rápidamente por el aire y contaminan las superficies.
“Aunque algunos documentos individuales se evaluaron como débiles, en general la base de pruebas de la transmisión por aire es amplia y sólida. No se debería retrasar más la aplicación de medidas en todo el mundo para proteger contra dicha transmisión”.
Por ello, hicieron una serie de recomendaciones como evitar la inhalación de aerosoles infecciones, incluida la ventilación, la filtración de aire, la reducción del hacinamiento y el tiempo que se pasa en el interior.
Destacaron el uso de cubrebocas en interiores y que estos sean de mejor calidad y protección para el personal de salud y trabajadores que combaten la enfermedad de primera línea.
Imagen: AFP