Columnas
Desde hace tiempo he manifestado mi crítica a la forma en la cual las empresas de telecomunicaciones de Carlos Slim han crecido en el mercado mexicano. Creo que, sin apoyos políticos de distintos gobiernos no habría podido tener tanto éxito.
Incluso, desde las condiciones acordadas para la privatización de Telmex fueron muy ventajosas y eso le permitió generar ese músculo financiero con el cual le dio vida a Telcel y después transfirió a América Móvil para convertirla en la joya de la corona.
Sin embargo, no puedo dejar de reconocer su habilidad en el manejo de economías de escala, en estrategias de negocio y en rentabilidad financiera, lo que le ha permitido “darle la vuelta” a varias empresas y convertirlas en buenos negocios.
El ingeniero Slim ha sabido jugar con las condiciones que le han puesto y si en telecomunicaciones le permitieron ganar con faltas y juego rudo; él no tiene la culpa de que el arbitro o la autoridad sean unos papanatas. Le lanzaron varios globitos y él los conectó de homerun.
Pero hay si algo que le admiro al magnate es su juicio práctico para hacer negocios. Su habilidad para tejer estrategias y lanzarlas al vuelo sin temor al error o incluso en sentido opuesto a las mayorías le dan ese toque de erudición. Es como un encantador de serpientes cuando habla de lo simple que puede ser la generación de riqueza.
Durante la conferencia de prensa anual volvió a sorprenderme su juicio práctico sobre la estrategia arancelaria de Donald Trump contra México. Uno de los colegas le preguntó sobre esa amenaza del presidente de EU y contesto rápido: ¿Cuál amenaza? Al reiterarle sobre la amenaza arancelaria solo movió la cabeza y dijo: no, eso no.
Fácilmente desarmó la viabilidad de la aplicación de aranceles generalizados a todos los productos mexicanos con el comportamiento de los mercados financieros de hace dos semanas. Lo que sí adviritió, y hasta justificó; fue la aplicación de aranceles al acero y aluminio mexicanos. Dijo que en ese sentido EU está en lo correcto porque ese país tiene muchas plantas que no producen y se necesita traer a norteamérica la producción de muchas empresas estadunidenses.
Su juicio práctico le hizo recordar que incluso algunas de las empresas mexicanas que trabajan acero tienen plantas en EU y que, por lo tanto, no sería algo tan grave. Tan fácil ve la generación de negocios que hasta su nieto Alejandro (el chilaquil) Elías Slim, ya es considerado y consultado para asuntos del grupo empresarial.
Si con esto crees que ahora soy un slimlover, te equivocas. Sigo pensando que en telecomunicaciones ha habido cierto abuso de poder, pero eso no me ciega para reconocer que Carlos Slim tiene muchas habilidades empresariales que deberíamos aprender quienes intentamos explorar ese sinuoso camino que es el emprendimiento y el periodismo de negocios.
HUGO GONZALEZ GALLARDO
COLUMNISTA EL UNIVERSAL, CONTRARÉPLICA Director de tecnoempresa.mx
M.- 55 17733240
@hugonzalez0
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