El valemadrismo y el Covid-19 

No hablamos de todos aquellos que se ven obligados a salir a ganarse unos pesos para poder comer, sino de aquellos que no creen, o no quieren creer que el Covid-19 ya está aquí, mirándonos con sus ojos amenazantes.

Por lugares públicos de muchos de este México que amamos, hay quienes no entienden que esto ya cambió, que nuestros privilegios que eran grandes: nuestra salud y libertad para ir y venir, se deben ceder para conservar la salud y la vida. Lamentablemente esta que será una época histórica, difícil y que solo se compara con la posguerra por las secuelas que va dejando a su paso, no todos la entienden y aceptan.

En tianguis, mercados, supermercados, en las banquetas, parques y calles, se ven novios besándose, familias completas haciendo las compras, niños en carreolas siendo paseados, jóvenes reunidos y varias personas comiendo en puestos ambulantes.

La frase del apóstol Santo Tomás de Aquino de “hasta no ver no creer”, parece estar en boca de muchos, no obstante, los avances tecnológicos que nos hablan de lo que está pasando a nivel mundial, de los miles de muertos, de las notas que cuentan de los cadáveres que ya no encuentran cupo para ser enterrados, de los parques que Nueva York tiene contemplados usar como cementerios.

La cultura del “valemadrismo” nos hace sorprendernos de todos los hábitos que hemos sido obligados a cambiar y que tendrían que haber sido parte de nuestra cotidianeidad, como lo es la higiene.

Un epidemiólogo me explicaba hace un par de días que Corea del Sur logró combatir el virus debido a su mentalidad de equipo, de seguir instrucciones, de hacer las cosas bien desde el principio, lo cual México no podría hacer, de seguir la vida económica al tiempo que sus habitantes se cuidan y cuidan a los otros, con uso de mascarillas, guantes y constante lavado de manos y untadas de alcohol en gel.

No se podría porque incluso aquí hay personas que se molestan al ofrecérseles gel, como les ha pasado a los empleados de las tiendas Coppel, que incluso han sido amenazados con demandas por haber osado a ofrecerlo a algunos clientes.

La sana distancia tampoco se ha conseguido efectuar.

Esperamos que pasando la pandemia, esa cultura de hacer las cosas de bien, de unirnos, de pensar en el bien común, sea algo que se quede y que no se vaya con el virus, porque ello nos hará mejorar como sociedad, y eso es lo que ahora debemos buscar.