Entre el tráfico y las reparaciones, usuarios de la Línea 12 esperan la reapertura

Por Elia Cruz Calleja

“Tengan confianza, es segura, aquí ya nadie se robó el dinero”, sentencia Miguel Ruiz, un joven topógrafo que trabaja de 8:00 de la mañana a las 6:00 de la tarde en el reforzamiento de la Línea 12 del Metro. A poco más de un mes para que se cumplan dos años del colapso que dejó 26 personas muertas y más de un centenar de heridos, usuarios esperan la reapertura de la también llamada Línea Dorada en medio del caos causado por las obras de reforzamiento y el tráfico.

El sonido de los esmeriles, las plantas con las que soldan, las alertas de grúas, señalizaciones y cientos de trabajadores con herramientas en manos es el día a día que se vive en la avenida Tláhuac, vía principal para trasladarse al oriente de la ciudad y que alberga todo el tramo elevado de la línea 12 y que con los trabajos de reforzamiento apenas y se tiene un carril de ida y uno de vuelta en algunas zonas, lo que ocasiona el enojo y frustración de cientos de personas que necesariamente toman el transporte público para llegar a sus trabajos, escuelas o casas.

Un recorrido de la estación Tláhuac a Atlalilco que en el metro solía ser de entre 20 y 30 minutos, se ha convertido en una verdadera odisea de dos horas, afirma Vianney Solís, una estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) que diariamente transita la conflictiva avenida y que asegura que en cuanto regrese a operar el servicio, ella lo utilizará nuevamente porque “es la única manera de llegar rápido”.

Esta “travesía”, realizada por el equipo de La Hoguera partiendo desde la estación Tláhuac, deja en evidencia la necesidad de regresar a un transporte eficiente que solucione la movilidad de la zona, como lo prometía en el ya lejano 30 de octubre de 2012, el entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard Casaubón, cuando lo inauguraba la Línea Dorada en compañía de Felipe Calderón Hinojosa, en aquella fecha presidente de México.

Ahora, obligada por el lamentable desplome ocurrido el 3 de mayo de 2021, la Línea 12 vive su segunda intervención profunda, esta vez con la indicación clara de reforzar el tramo que va de la estación Zapotitlán a Calle 11, zona del viaducto elevado que estaba soportada con barras de acero, pero que no resistieron el peso de los trenes atascados de pasajeros, pues los hicieron parecer como papel al colapsar.

La intervención que contempla el reforzamiento de 258 claros -espacios entre columna y columna de concreto- lleva un avance importante de más de 50 tramos completamente concluidos, mientras que se trabaja de manera simultánea en 99 más. En diferentes ocasiones, en sus conferencias de prensa, la actual jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, ha dicho que la demora de cerca de dos años en los trabajos de rehabilitación de la línea se debe a que se hizo un trabajo minucioso para tener un proyecto ejecutivo para cada uno de los claros pues cada uno tiene características diferentes, por ejemplo, hay zonas en las que el viaducto elevado alcanza hasta 14 metros de altura como es el caso de la estación Periférico Oriente, pero en otros es de únicamente 5.5 metros.

Las estructuras de soporte colocadas, una especie de tubos huecos puestos de forma inclinados para formar un ángulo de 45 grados y que a su vez están soldados con otras placas y tubos más pequeños, también de acero, a la base que ya tenía el tramo aéreo, son los nuevos puntos de carga que tendrán los trenes al circular y a ello se le suma la aplicación de un “encamisado” de fibra de carbono que le fue colocado a cada una de las 156 columnas que hay en la zona intervenida para que soporten mayor peso.

En tanto, la zona cero, que merece mención aparte, tuvo una intervención mayor a la que tienen los demás claros, pues en esa parte no solamente tiene los tubos de acero, sino que se agregó una columna de concreto justo a la mitad por lo que ahora pareciera estar más sólida. Mismo caso ocurrido en el llamado ‘tramo gemelo” que fue demolido y reconstruido nuevamente.

Pese al reforzamiento que se realiza en los 6.7 kilómetros de las casi seis estaciones —Calle 11, Periférico Oriente, Tezonco, Olivos, Nopalera y una parte de Zapotitlán—, hay comerciantes y pequeños empresarios que desconfían que queden “bien” las reparaciones, pues consideran, “sin ser expertos”, que se les está añadiendo mucho peso y por ello afirman que solo se volverían a subir en el tramo subterráneo.

El trabajo que requiere de las habilidades de soldadores expertos y para lo que se tuvo que abrir una certificación que impartió la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y de la que se capacitaron a 320, además de los contratados por Carso con experiencia en las plataformas de Petróleos Mexicanos (Pemex) hacen que más porcentaje de la población confíe en que el tramo elevado será de seguro.

Actualmente, vive sus primeras pruebas reales al soportar la ida y venida de los trenes vacíos que circulan por toda la línea y que dan servicio en el tramo subterráneo, pero que cada noche van al taller de la estación Tláhuac a recibir mantenimiento para ponerse en servicio al siguiente día.

En tanto se da la reapertura total, que la jefa de Gobierno prometió que sería este año, el gobierno de la ciudad alista dar servicio por tramos, pues Claudia Sheinbaum adelantó que además de la parte subterránea, posiblemente se sume el tramo que va de Atlalilco a Lomas Estrella, zona que es elevada, pero que está sostenida por ballenas de concreto que según el Comité Técnico ha dicho que es segura.