Fallece Carlos Girón, el mejor clavadista de los 80

alondra.espinoza@contrareplica.mx

El histórico clavadista mexicano que participó en múltiples competencias y que le regaló muchas alegrías a México, Carlos Girón murió a los 65 años, ayer, a causa de una neumonía que se le complicó, luego de permanecer internado desde el 20 de diciembre y ser desconectado el pasado 8 de enero. El deportista escribió su nombre en la historia de los Juegos Olímpicos al colgarse la medalla de plata en Moscú 1980.

Si bien el clavadista nació en Mexicali, Baja California, llegó de muy niño a Acapulco, donde comenzó con usando los clavados como un juego, forjó su carrera en la famosa Quebrada. Su necesidad hizo que comenzara a lanzarse desde las rocas del malecón hacia el mar para recoger las monedas que los turistas lanzaban a manera de diversión. Esos clavados improvisados le ayudaron cuando llegó a la Ciudad de México, donde depuró su técnica.

Con apenas seis años Girón ya era un prospecto serio de las infantiles del Instituto Mexicano del Seguro Social cuando fue forjado por Jorge Rueda, pero fue hasta los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 cuando hizo su debut en esta justa cuando tenía 17 años, y aunque sus resultados no lo llevaron a ganar alguna medalla tras quedar en noveno lugar en trampolín de 3 metros y octavo en plataforma de 10 metros, ya era una ilusión de la Escuela Mexicana de Clavados.

De nuevo Carlos consiguió su calificación para formar parte de la delegación mexicana que competiría en Montreal 1976, pero otra vez se quedó con las ganas de subir al podio. Cuando consiguió su pase para Moscú 1980, Girón destacó en los Panamericanos tras ganar las preseas de oro y bronce en la edición de México 1975 y también plata y bronce en San Juan 1979.

En la competencia, el mexicano llegó como favorito para llevarse la medalla dorada, pues luego de que Estados Unidos saliera de la competencia debido a conflictos que mantenía con la Unión Soviética, el único rival fuerte era el local Aleksandr Portnov, quien logró la segunda posición en las pruebas de clasificación; el tricolor avanzó como primero.

Durante la competencia el 23 de julio de 1980, Girón realizó un clavado espectacular y consiguió una de las mejores calificaciones de su vida, pues con un par de nueves, se posicionó de momento como el primer lugar. Por su parte Portnov realizó su clavado pero cayó de espalda, haciendo creer que el mexicano tenía garantizado el oro, pero sucedió lo inaudito.

Los jueces decidieron repetir el clavado debido a la regla D-30, por supuesta desconcentración ocasionada por el público, por lo que el soviético volvió a subir al trampolín de 3 metros y con una buena realización, superó al mexicano en puntos, tras contabilizar 905.025 unidades contra los 892.140 de Girón