Por Pepe Delgado
Por lo menos ocho grupos de choque y subversivos, que tienen como característica vestir de negro y estar embozados, han sido detectado al interior de la Universidad Nacional Autónoma de México, mediante trabajos de inteligencia de la Fiscalía General de Justicia (FGJ-CDMX) y su similar, la General de la República (FGR).
Estos grupos, son los que en los últimos meses han participado como generadores de violencia en las principales marchas, protestas, desmanes y daños que se han ocasionado durante los últimos días en la máxima casa de estudios.
Los trabajos de gabinete y análisis detallan que desde el año pasado, los grupos más agresivos y, que por la fuerza han tomado los diversos planteles de los Colegios de Ciencias y Humanidades y causado daños materiales en el edificio de Rectoría, han sido identificados como: Biblioteca Social Reconstruir, Colectivo Anarquista (Escuela Nacional de Antropología e Historia), Centro Cultural Ocupado El Engrane, Okupa Ché, Cooperativa Café Victoria, Comparsa Chanti Ollin, Colectivo Reta así como el Colectivo Coordinador Estudiantil Anarquista.
Algunas de estas organizaciones están integradas hasta por mil simpatizantes, sus agremiados, han recibido “adiestramiento” de universidades de Sudamérica de corte “anarquista”, en los movimientos de la Ciudad de México se han identificado a cuatro chilenos —dos mujeres y dos hombres— así como a otros cuatro argentinos —igual dos mujeres y dos hombres— quienes son protegidos por los mismos estudiantes dentro de Ciudad Universitaria.
El seguimiento a las actividades de estos grupos señala que estos liderazgos internacionales tienen su residencia en el auditorio Justo Sierra o “Che Guevara” de la Facultad de Filosofía y Letras, ahí mismo organizan reuniones y juntas para establecer las jornadas de actividades de protesta, se cuenta con fotografía de ellos, pero de momento no han sido detenidos, pues no les han imputado ningún delito, son quienes diseñan la logística y la operación de choque, pero muy poco participan de manera activa en los eventos.
Cuando llegan a encabezar las movilizaciones, estos extranjeros, frecuentemente son resguardados por medio centenar de estudiantes y seguidores, lo que ha complicado la implementación de un operativo en su contra.
Los análisis sostienen que siempre portan drogas y armas para evitar que sean agredidos por grupos rivales que también se disputan el control de los estudiantes para realizar protestas.
Estas organizaciones empezaron a figurar en la mira de las autoridades, luego de los desmanes que se registraron durante la marcha #NoMeCuidanMeViolan.