Las autoridades del estado de Guerrero están investigando dos incidentes impactantes ocurridos el 1 de noviembre en Chilpancingo y Acapulco, que podrían estar relacionados con una serie de desapariciones en la región. En el primero de los casos, una camioneta con seis bolsas que contenían restos humanos fue encontrada frente a la Fiscalía General de la República en Chilpancingo. Este desafortunado hallazgo involucra los restos de al menos tres personas, por lo que las autoridades locales, junto con la Fiscalía General del Estado (FGE), iniciaron investigaciones para esclarecer los hechos y confirmar si las víctimas son parte de los 16 miembros de una familia que desaparecieron en comunidades aledañas entre el 21 y el 27 de octubre.
Por otra parte, el mismo día en Acapulco, un automóvil abandonado en las cercanías del antiguo ayuntamiento contenía los cuerpos de cuatro hombres, con señales evidentes de violencia. Las víctimas, que presentaban marcas de torniquetes en el cuello, fueron localizadas dentro de un Nissan Versa, con dos de los cadáveres en la cajuela y otros dos en los asientos traseros.
Esta situación ocurre en el contexto de una investigación mayor sobre las desapariciones de 16 personas, incluidos adolescentes, quienes habrían sido secuestrados por el grupo criminal "Los Ardillos". La familia desaparecida, compuesta en su mayoría por comerciantes de utensilios domésticos, fue vista por última vez en distintos municipios, como Chilapa y Quechultenango. Entre los menores desaparecidos, se reportan jóvenes de entre 13 y 16 años, cuyo último paradero conocido fue en la comunidad de El Epazote en Chilapa.
Los familiares y amigos de las víctimas han instado a las autoridades a intensificar la búsqueda y localizar a los desaparecidos, en medio de crecientes demandas de justicia y seguridad en Guerrero. La FGE continúa con las investigaciones, en colaboración con la Guardia Nacional, para identificar a las víctimas y esclarecer la posible relación entre ambos hallazgos.
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