Japón muestra estabilidad en empleo pese a crisis por coronavirus

Pese a la pandemia por coronavirus durante el primer semestre de 2020, el desempleo en Japón no se incrementó abruptamente como sucedió en otras partes del mundo. Si bien el índice podría interpretarse como positivo en esta contingencia, se debe en gran parte a un problema crónico de falta de mano de obra y profundas desigualdades entre trabajadores del país nipón.

Ante la parada de la economía mundial tras las medidas de confinamiento por la pandemia, la envejecida y reducida población de Japón tiene uno de los mercados laborales con mayor rigidez a nivel mundial. De esta forma, pese a los embates de la pandemia sobre la economía, la tasa de desempleo en Japón fue de 2,9% en mayo 2020, tras haber situado en 2,6% en abril 2020, según datos oficiales. Inclusive en las cifras de vacantes para abril, se reporta que algunas compañías tienen dificultad para encontrar trabajadores, con más de 120 vacantes por cada 100 personas que buscan empleo a nivel nacional.

Por lo anterior, pese a una reducción de 2.2% en la producción en los primeros tres meses de 2020 bajo un panorama de recesión en la economía japonesa, múltiples economistas esperan que el desempleo no se dispare en los próximos meses y anticipan una tasa de desempleo de alrededor del 4% a finales de 2020.

En gran parte, esto se debe a que muchas empresas no despiden a sus trabajadores por el temor de no poder reclutar trabajadores nuevos tras la crisis. Esto debido a una combinación múltiple de factores sociales, demográficos y epidemiológicos en Japón.

Además, el gobierno japonés ha lanzado grandes planes de apoyo a la economía, que incluyen subvenciones a las empresas para preservar sus empleos y pagar los salarios. Ejemplo de esto es el programa de trabajo en el sector agrícola, donde el Ministerio de Agricultura animará a las personas que han perdido su empleo debido a la epidemia del nuevo coronavirus a trabajar en el sector agrícola, ofreciéndoles ayuda económica.

Así, Japón tiene un déficit laboral de mucho tiempo en algunas industrias, donde se anticipa que la demanda crezca al tiempo que envejece la población. Por esto y otros diversos factores que arrastra la sociedad japonesa, la desaceleración económica no ha producido despidos masivos en la economía.