La pareja presidencial estadounidense rindió homenaje este martes ante una montaña de flores a las diez víctimas de la matanza racista ocurrida el sábado en Buffalo.
Poco después de su llegada a esta ciudad del noroeste de Estados Unidos, el presidente Joe Biden y su esposa Jill visitaron el supermercado Tops donde se produjo una de las peores matanzas en la historia reciente de Estados Unidos.
Bajo un sol deslumbrante, se acercaron a la montaña de flores, mensajes y velas que la gente ha ido dejando al pie de un árbol en medio de un silencio roto por el viento y los clics de las cámaras de los fotógrafos.
La primera dama depositó un ramo de flores blancas. Joe Biden se santiguó tras retirar sus gafas de sol.
La pareja presidencial iba a reunirse con familiares de las víctimas, miembros de los equipos de socorro y responsables locales, antes de que el presidente pronuncie un discurso más tarde este día.
El demócrata, de 79 años, quiere calificar la matanza "como lo que es: terrorismo motivado por una ideología del odio perversa, una ideología que desgarra el alma de nuestro país", según un responsable de la Casa Blanca.
La matanza de Buffalo recuerda cruelmente que Biden, elegido con un mensaje de unidad, no ha logrado hasta ahora calmar a un país corroído por el odio racial y la violencia que dejan las armas de fuego.
Sabedor de que su partido demócrata no dispone de mayoría suficiente, quiere, pese a todo, instar al Congreso a "actuar para que las armas de guerra no circulen en nuestras calles" ni "caigan en manos de criminales o de personas que sufren enfermedades mentales".
Con información de AFP
Imagen: AFP