Columnas
El Instituto Nacional de estadística y Geografía dio a conocer los resultados de la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México (CSTNRHM) 2023: Se tratan sin duda, de uno de los instrumentos de análisis económico de que dispone nuestro país, para construir una radiografía económica y social de la distribución injusta deastareas y beneficios sociales, como lo plantearía Rawls, a partir del análisis de su distribución.
Sin duda, hay otros instrumentos del propio INEGI que permiten medir la injusta distribución de la carga social de los trabajos y actividades productivas de nuestro país, sobre todo porque, en particular, las actividades de los hogares siguen considerándose como de “bajo prestigio social”, de casi nulo valor económico, y de asignación sexo-genérica de roles y funciones en las distribuciones del poder al interior de las familias.
Así pues, de acuerdo con el INEGI, el trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados en México alcanzó en 2023 un valor de 8.4 billones de pesos, lo que representa el 26.3 % del Producto Interno Bruto (PIB). Este porcentaje supera al de sectores clave como la industria manufacturera (20.3 %) y el comercio (18.6 %). Esta cifra pone de manifiesto que, aunque no monetizado, este trabajo sostiene a una buena parte de la economía formal, al garantizar la operación de la mayoría de las actividades productivas de nuestra sociedad y con ello, de los niveles de bienestar a los que se puede aspirar en una sociedad como la nuestra.
Según los datos mencionados, las mujeres contribuyeron con el 71.5 % de este valor económico, mientras que los hombres participaron con el 28.5%. En términos de valor anual per cápita, el trabajo doméstico y de cuidados realizado por mujeres equivale a 86,971 pesos, más del doble que el realizado en ese ámbito por los hombres, con un promedio de 36,471 pesos anuales.
Otro aspecto preocupante que se desprende de esta Cuenta Satélite es la participación de menores de entre 5 y 11 años en labores domésticas y de cuidados. En ese grupo, las niñas aportaron 55.4 % del valor económico de estas actividades, dedicando un promedio semanal de 4.7 horas, en comparación con las 3.9 horas de los niños. Esto no solo refuerza estereotipos de género desde edades tempranas, sino que también interfiere con su desarrollo personal y educativo.
La desproporcionada responsabilidad que recae sobre las mujeres y niñas en el trabajo doméstico no remunerado perpetúa desigualdades de género profundamente arraigadas. Estas desigualdades afectan su acceso al mercado laboral y su capacidad para participar plenamente en la vida pública. Además, al no ser reconocido ni remunerado, este trabajo contribuye a la invisibilidad económica y social de quienes lo realizan.
*Investigador del PUED-UNAM