Las muertes alrededor del caso Odebrecht se recuerdan con la detención de Lozoya

Los recursos dirigidos a Lozoya, habrían sido a cambio de favorecer a Odebrecht en futuras licitaciones, cuando Peña Nieto se perfilaba para ganar la elección presidencial.

La constructora brasileña Odebrecht, y su filial petroquímico Braskem, admitieron el 21 de diciembre de 2016 el pago por más de mil millones de dólares en sobornos a funcionarios y representantes de partidos políticos de 12 países.

El caso de corrupción Odebrecht es tal vez uno de los escándalos más grandes que ha salpicado a la mayoría de países de América Latina, entre los que se destacan Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y República Dominicana.

Las acciones delictivas llevadas a cabo por los funcionarios de esta constructora brasileña, la más grande de todo el continente, datan desde los años 90, según han podido establecer los entes investigadores, pero el escándalo estalló hasta el 2016.

La compleja trama de corrupción fue descubierta en la 'Operación Lava Jato', el grupo operativo de la Fiscalía brasileña que investiga desde hace años a Petrobras.   

La muerte ha rondado a Odebrecht y se conocen al menos 6 casos de personajes relacionados, cuyos fallecimientos no han sido completamente acalarados.

El expresidente de Perú, Alan García se disparó en la cabeza cuando las fuerzas de seguridad acudieron a su domicilio para detenerlo en relación con la trama de cobro de sobornos a cambio de contratos públicos con la constructora brasileña Odebrecht en toda la región.

 

El magistrado brasileño Teori Zavascki tenía 68 años cuando, el 19 de enero de 2017, el helicóptero en el que viajaba junto a otras tres personas se desplomó en el océano, cerca de la localidad de Paraty, en el sudeste de Brasil, causando la muerte de los cuatro.   

Zavascki, era el encargado de supervisar las investigaciones que realizaba la justicia de su país ante el caso de corrupción de la estatal Petrobras, se afrontaba a decidir si reconocía como evidencia los testimonios de unos 80 ejecutivos de Odebrecht.

Estos testimonios eran conocidos como las “acusaciones del fin del mundo” por la cantidad de personas que se presumía, estaban involucradas en el caso, entre ellos el entonces presidente Michel Temer.

En diciembre de 2018, el ex secretario de transparencia de la Presidencia de Colombia y ex cónsul de ese país en Londres, Rafael Merchán, quien sería testigo en el caso de sobornos de Odebrecht, se suicidó en su departamento en Bogotá.

El 8 de noviembre de 2018, el ex supervisor de la concesión Ruta del Sol II, Jorge Enrique Pizano, testigo clave en la investigación, murió de un infarto.

Durante su cargo como supervisor de la carretera, Pizano recopiló documentos, correos electrónicos y grabaciones de conversaciones que indicaban que Odebrecht habría pagado sobornos para ganar la licitación del proyecto. 

Tres días después, su hijo Alejandro Pizano, que había regresado de España para asistir al funeral de su padre, bebió agua de una botella que se encontraba en el escritorio de su padre y falleció por envenenamiento con cianuro.

El 18 de septiembre de 2019 sin violencia aparente en su apartamento de Río de Janeiro, fue encontrado muerto el ex ejecutivo de la compañía brasileña Odebrecht, Henrique Valladares, uno de los denunciantes de la causa de corrupción conocida como Lava Jato.

De acuerdo con información de la Policía Civil, el cuerpo de Valladares fue llevado al Instituto Médico Forense para realizarle los estudios necesarios para determinar la causa de su muerte. 

El ex directivo fue uno de los principales delatores en la Justicia, junto con otros 77 ejecutivos, de la causa “Lava Jato”, que en 2016 destapó la mayor investigación por corrupción en Brasil.

En 2017, Valladares informó al Tribunal Superior que depositó un total de 12 millones de dólares en cuentas extranjeras vinculadas al ex senador y candidato a presidente en 2018, Aécio Neves. 

El ex vicepresidente de Odebrecht también acusó al exministro de energía, Edison Lobao, de cobrar sobornos en los contratos por obras entre Odebrecht y, en aquel entonces, el gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016).