Los políticos destacan, las economías colapsan

No sé si lo habrá notado amable lector, pero de un tiempo a la fecha, varios años, los políticos en el mundo entero destacan y muchísimas veces son nota de primera plana.

Lo anterior no sería raro, de no ser porque su presencia mediática muchas veces iguala y otras tantas de plano super la información económica de cualquier país del mundo

No es envidia ni mucho menos, qué bueno que los políticos estén cubiertos por los medios, o que ellos mismos se busquen sus espacios y se conviertan incluso en celebridades.

El problema viene cuando con dicha fama toman decisiones económicas que nada tiene que ver, pensando que la fama les otorga de manera automática todo tipo de conocimientos, infalibilidad y hasta mesianismo.

Desde el inefable y locuaz Donald Trump, para llamarlo de alguna manera, quien no solo tenía en sus manos a la mayor economía del planeta, sino que contaba con los códigos nucleares de la misma potencia. ¡Que miedo!

Pasando por el temerario Vladimir Putin, que ha sido capaz de desatar la primera guerra en Europa en décadas, la primera desde el fin de la segunda guerra mundial.

Pero son solamente dos muestras. En Argentina la brutal inflación, de prácticamente 90 por ciento anual según la cifra más reciente, muchas veces es opacada por las andanzas del apellido Kirchner, o las ocurrencias de su presidente, manipulado por el mismo apellido pese a que en el papel es su jefe y no su subordinado.

En Europa hay varios casos: la ultraderechista Giorgia Meloni es noticia todos los días, al grado de que hace olvidar al país la grave crisis en la que quedó tras la pandemia y sus efectos.

Nada menos ayer Liz Truss, la hasta entonces primera ministra británica, tuvo que poner fin a su mandato y pasar a la historia como la que tuvo la gestión más corta en la historia del país, con sólo 45 días al frente del gobierno británico.

Para encontrar un periodo en el segundo sitio habría que remontarse hasta los años 1922-23, cuando el gobernante en turno estuvo 210 días en el cargo.

Truss se fue porque quiso gobernar con ocurrencias, como buena política, pero lo pagó caro.

Volodimir Zelensky, el presidente de Ucrania, quizás se mantenga al margen de esta lista, por el momento, aunque su exposición mediática es global.

Todo lo anterior, para no hablar de otros países, como nuestra nación, o las que se encuentran mucho peor debido a falta de libertad: Cuba, Venezuela y Corea del Norte, por mencionar algunos.

Los políticos, muchos de ellos, están dominando la escena internacional como hacía mucho no se observaba, con todas sus consecuencias.

Esas consecuencias son políticas desde luego, pero sobre todo, son económicas.

Independientemente de si son de derecha, ultraderecha, populistas, conservadores, de centro, etcétera, toman decisiones basados en su enorme poder, que dañan a las economías.

Es cierto, ningún político en el mundo tuvo la culpa de la pandemia, pero varios sí tienen qué ver con la descaeleracion económica actual, y con la que según muchos analistas y organismos internacionales será una inevitable recesión.

Los políticos destacan y las economías colapsan, no es casualidad, es una película que el mundo ya vio en otras ocasiones.

Lamentablemente, el final de esa película no fue el mejor en esas épocas, todo indica que no será mejor ahora.