Lupa a la industria con nuevo etiquetado, informales la libran

A partir de este 1 de octubre todos los alimentos y bebidas (no alcohólicas) empacadas y etiquetadas deberán cumplir con la nueva Norma Oficial Mexicana 051 que obliga a mostrar a los consumidores sellos de advertencia, octágonos negros y leyendas precautorias que den cuenta del exceso de azúcares, sodio, grasas o calorías, y también cuando contengan edulcorantes o cafeína.

La industria ya ofrece en los anaqueles estas etiquetas de forma anticipada, pero tienen hasta el 30 de noviembre para hacerlo en su totalidad sin ser multados o retirados sus productos de la venta al público. Sin embargo, aún destacan que la nueva norma deja fuera los informales.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos, acusa incertidumbre sobre los nuevos etiquetados pues faltan reglas claras, además de solidaridad de los grandes compradores (como Walmart, Soriana y Chedraui, entre otros supermercados), y tiendas de conveniencia como OXXO, de Femsa.

El industrial señala que a los proveedores los obligaron a cumplir con la NOM 051 desde el 15 de agosto pasado, “y muchos pequeños y micro empresarios pasarán a la informalidad para colocar sus productos, al no poder cumplir con la ley”.

Unas 20 empresas, por lo menos, dedicadas a fabricar galletas, moles, granolas, botanas y otros productos caseros, clientes de la Asociación Mexicana de Etiquetado, Etiquetado Nutrimental, Capacitación y Emprendimiento dejaron de serlo ante el costo que les representa diseño, impresión y mano de obra para cumplir con el nuevo etiquetado.

La propuesta de la Industria Mexicana de Bebidas (Anprac) es la reducción calórica de los alimentos y bebidas a través de la reformulación y reducción de calorías en 20 por ciento adicional en 50 productos hacia 2024.

Jorge Terrazas, director general de Anprac, aseguró que la industria es fiel al cumplimiento de las leyes, sobre el inicio de vigencia de la NOM 051, “los socios están a favor de que el consumidor mexicano esté informado para una libre elección y se cuenta con la diversificación de productos… pero hay que hacer más”.

En tanto, el Gobierno federal reiteró su compromiso con la salud de la población, la defensa de los derechos de los consumidores, la protección de una niñez saludable, y la certeza jurídica para productores, importadores y comercializadores.

La Anprac detalló que uno de cada dos productos son bajos en calorías y al menos 10 por ciento del consumo de calorías en la dieta de los mexicanos proviene de las bebidas. La reformulación y la diversificación de productos se ha trabajado en la industria hace una década, antes de la vigencia del Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS) en 2014 y no es por la nueva norma de etiquetado 051 que las empresas reformulan sus productos, aclaró Terrazas.

La industria mexicana de bebidas está conformada por más de 120 embotelladoras mexicanas, su valor en 2019 fue de casi 427 mil millones de pesos, lo que representa el 1.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país.

Desde enero de 2014 el consumidor paga un impuesto de 1 peso por litro en la compra de bebidas azucaradas, como una medida para combatir el grave problema de la obesidad. Por lo que la industria trabaja en revisar el resultado de este impuesto, pues consideran que es regresivo, “lo pagan los estratos de la sociedad más bajos, es claramente recaudatorio, el IEPS sumado al IVA representa para la industria una carga fiscal del 30 por ciento”.

Terrazas, agregó que el impuesto no ha logrado el objetivo por el cual se planteó, “de a mayor impuesto, menor consumo”, el primer año 2014 se redujeron las ventas casi de 2% anual, pero a partir de 2015 se ha observado un incremento en las ventas de 2%, a pesar de un menor crecimiento de la economía.

La presidenta de la Asociación Mexicana de Etiquetado, Mariana Curiel, detalló que algunas empresas utilizan engomados (stickers) para sus productos que ya tienen en inventario, cuyo costo asciende entre 30 centavos a 2 pesos por pieza; mientras que el diseño asciende a entre 10 mil y 20 mil pesos en un producto, más las impresiones en millares de las etiquetas.

“Las micro y pequeñas medianas empresas que fabrican frituras, pulpa para aguas frescas, salsas, otros, necesitan saber cuáles son las reglas porque hay algunas que no están claras, sobre todo, porque en esta etapa se revisan los ingredientes añadidos no los naturales”, dijo Enoch Castellanos.

El nuevo etiquetado será exitoso siempre y cuando éste vaya acompañado de campañas educativas, impuestos especiales etiquetados a programas de prevención, fomento de actividades físicas y contención de ambientes obesogénicos, así lo consideró el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO).