En 1983 Felipe Cazals presentó el largometraje “Bajo la metralla”, inspirado en “Los enfermos”, un grupo guerrillero adherido a la Liga 23 de Septiembre, que estaba conformado por estudiantes de preparatoria y universidad, principalmente de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el Tec de Culiacán y la Normal del Estado, como consta en los informes de la Sedena y de la entonces Dirección Federal de Seguridad.
En las décadas de los 60´s y 70’s fue común que grupos como este se formaran en distintos estados del país como los Procesos de Monterrey, el Movimiento Estudiantil Profesional, el Comando Lacandonés formado por estudiantes del IPN y de la UNAM, los Guajiros, los Macías, el Grupo Oaxaca, el Movimiento de Acción Revolucionaria y, por supuesto, el Frente Estudiantil Revolucionario, en lucha constante con el Frente Estudiantil de Guadalajara por el control de la UdeG.
Este conglomerado revolucionario, si bien no triunfó, sí tuvo una importante influencia en la reforma política de 1977 y 1978 y de sus filas salieron grandes líderes estudiantiles, jóvenes anti-imperialistas y comunistas que tomaron las armas como el único camino posible a un cambio democrático. Sin embargo, con el tiempo, estos idealistas fueron seducidos por el mismo sistema al que pretendían derrocar y ahora forman parte de él, algunos como caciques políticos y otros como caciques intelectuales.
Justo fue en el Frente Estudiantil Universitario donde Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, ex gobernador de Jalisco y recientemente asesinado en condiciones extrañas, se formó políticamente y encontró el padrinazgo de aquellos primeros líderes estudiantiles que le ayudaron a escalar en su carrera política, esos mismos líderes que hoy día nombran gobernadores y organizan eventos culturales, y con los que recientemente se había enfrentado abiertamente debido, entre otras cosas, al distanciamiento con el PRI, “No hay futuro posible en el PRI recurriendo al pasado. No serán los de ayer lo que construyan al mañana”, tuiteó.
“Bajo la metralla” inicia con un asalto bancario cometido por los estudiantes revolucionarios; sin embargo, los medios de comunicación lo relatan como un enfrentamiento entre narcotráficantes. En la vida real, horas después del asesinato de Sandoval, el actual gobernador, Enrique Alfaro, aseguró que la principal línea de investigación apuntaba al Cartel Jalisco Nueva Generación, organización que, por lo demás, es inusual que limpie sus escenas del crímen, lo que sí ocurre en la película de Cazals.
Es evidente que el narcotráfico se ha convertido en un poder de facto en nuestro país, pero también es innegable que hay otros poderes, igual de peligrosos para la vida democrática de México, pero que han sabido mantenerse en la sombra gracias a que operan desde la institucionalidad y con la impunidad que les da el poder del voto corporativo, el voto estudiantil entre ellos.