Columnas
Cualquiera puede convertirse en líder de la oposición en este momento, ser su referente e inspirador basta criticar al gobierno, no importa si se trata de un venepatrias, un delincuente, un corrupto, un narcotraficante, un extranjero, un reo, un prófugo. Todos son bienvenidos ante a falta de cuadros, líderes e ideas de una oposición agonizante.
La derrota electoral producto de la pasividad que caracterizó a la oposición durante seis años, todavía no les permite levantarse de la lona ni lograr acciones que puedan darle personalidad propia a sus partidos y menos aún a sus líderes que en lugar de renovarse se repiten a sí mismos se reeligen o imponen sucesor.
En una especie de pasarela perversa, la oposición adopta liderazgos que se acomodan a lo que consideran una forma de hacer política. Es decir, un constante cuestionamiento, muchas veces sin proyectos propios ni alternativa para presentar a los mexicanos.
Son momentos de derrotas sin fin para una oposición de ornato, pero también son tiempos de ausencia de ideas, líderes y cuadros en los partidos disidentes. De ahí que la oposición carece de alternativas que adoptar líderes como si fuesen huérfanos de honradez, honestidad, la política y las leyes.
Lo mismo repiten afirmaciones del creador del Fobaproa, Ernesto Zedillo que de El mayo Zambada, un ex presidente demente como Fox, o del ex titular de la Secretaría de Seguridad, preso en Estados unidos Genaro García Luna o del prófugo Ricardo Anaya. Todos son ejemplos a seguir por una oposición desesperada por no encontrar la brújula ni tener lideres aptos que pueda darles estabilidad política.
En el turbio arroyuelo de las aguas negras de la corrupción, donde la oposición va de pesca, hay otros no menos alejados de la realidad cuyo discurso es incorporado a sus declaraciones para ver si reúnen los suficientes disparates que puedan conformar una ideología de la que están carentes. Entre ellos podemos nombrar al hombre del algoritmo extraterrestre Pedro Ferriz, la cronista dela DEA, Anabel Hernández, el gringo veleidoso Ken Salazar, la actriz veterana que canta el himno nacional cualquiera de ellos, entre otros muchos, son inspiración de cualquiera de los líderes de los partidos de oposición que dejaron acéfalas sus organizaciones.
Estos personajes se convirtieron en guías de un grupo de conservador integrado por personas que no reparan en trayectorias nobles, menos aún decentes para rendirles culto, lo que les importa es que los medios incondicionales les permitan espacios para una disidencia decadente, acostumbrados a repetir como pericos especulaciones y alteraciones de la realidad.
Las repetidoras de las voces de los disidentes improvisados tienen en los medios convencionales la mejor forma de masificarse y llegar a los desinformados con información que debía estar en el cesto de la basura tratando de influir en su visión del país.