Necesitamos una Conago transparente y constitucional

El artículo 117 de nuestra Carta Magna establece que los estados no pueden “celebrar alianza, tratado o coalición con otro estado”. Por ello, los gobernadores fundadores de la Conago tuvieron que optar por la figura de conferencia, que no les obliga a nada y les otorga libertad para reunirse y discutir temas torales para sus entidades.

Con la integración del gobierno federal a estas reuniones, se convirtió en un buen espacio de gestión administrativa. Aunque actualmente, los gobernadores se quejan de que los representantes del gobierno federal no resuelven nada, tienen confianza en que el presidente sí.

La Conago pende de un hilo político, vive una crisis interna y solo la voluntad de sus integrantes hace posible su existencia y funcionamiento. Al amparo de un acta constitutiva como asociación civil, que pocos conocen, recibe presupuesto federal que es ejercido por Rolando García Martínez, secretario técnico que se ha perpetuado en el cargo por tanto tiempo que ha visto pasar cuatro presidentes de México y más de cien gobernadores como Ricardo Monreal, Lázaro Cárdenas Batel, Leonel Cota y jefes de Gobierno como López Obrador y Marcelo Ebrard.

La opacidad es tal, que dosifica la información y aparenta enviar por mensajería la información del presupuesto ejercido a las oficinas de los gobernadores, pero nunca llega. Los gobernadores se preguntan en qué se usa el recurso otorgado por el gobierno federal, siendo que cada uno de ellos cubre sus gastos y cuando les toca ser sede absorben todo.

¿Cuánto ganan los integrantes de la secretaría técnica y por qué son puros hombres, contraviniendo la paridad de género? Si los enlaces no tienen acceso oportuno a las convocatorias, lineamientos, órdenes del día, acuerdos y demás documentos generados, ¿qué podemos esperar los demás ciudadanos?

La respuesta está en el artículo 39 de los Lineamientos de la Conago, que establece que “la información generada por cualquier medio, dentro de las reuniones del Pleno de Gobernadores, de las Comisiones o de otras instancias de la Conago, será privada”.

En la Conago, la transparencia y rendición de cuentas no son prioridad. La jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, ya se dio cuenta, pidió los lineamientos para revisarlos y seguramente tendrá muchas observaciones.

Hoy inician los trabajos en la Conago y mañana recibirán al presidente López Obrador. Más que una reunión de trabajo, se espera un mensaje político en el que ambas partes hagan a un lado sus ideologías y digan solo lo que el otro quiere escuchar.

Ojalá el presidente les lleve la noticia de que impulsará ante el Congreso de la Unión, el marco normativo necesario para integrar la Conago a la vida institucional de México. Ganaría la Conago, ganaría el presidente y ganaríamos los mexicanos.

ENTRE GITANOS

La lucha interna en Morena por la renovación de su dirigencia está a todo lo que da, con una desdibujada Yeidckol Polevnsky y un diputado Mario Delgado haciéndose pasar por taxista que parece conductor de Uber o DiDi y casualmente sube a una adulta mayor que recibe su tarjeta de López Obrador, un frío empresario y un entusiasta morenista. Todo para promover la consulta abierta en la elección de su dirigencia.

Por otro lado, el senador Martí Batres a través de su operador político Víctor Hugo Espinosa, manda un mensaje en redes sociales, defendiendo el exclusivo derecho de los militantes a decidir sobre el destino de su partido. El choque de trenes viene fuerte, como del que salió bien librado el súper delegado Pablo Amílcar Sandoval, con la gira del presidente en Guerrero.