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Por comparativo genético cae asesino de catedrático

Por comparativo genético cae asesino de catedrático

Ciudades martes 05 de febrero de 2019 -

POR CARLOS JIMÉNEZ

La ropa con manchas de su sangre que abandonó en el lugar donde cometió el homicidio, fue la prueba irrefutable en su contra.

Al asesinar al profesor de Lenguas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Pablo Peñaloza, el responsable resultó herido, y ahí, en su casa, dejó su playera ensangrentada… un comparativo genético confirmó tiempo después que él era su asesino.

▶ Fernando “N” es un trabajador de limpia. Era amigo del profesor de la UNAM que vivía en la colonia Lomas Quebrada, en la alcaldía Magdalena Contreras, por eso pudo entrar a su casa sin problema y cometer el crimen el pasado 20 de enero.

Las indagatorias del homicidio quedaron en el expediente CI-FMC/MC-1/ UI-2S/D/00101/01-2019 de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX), el cual ya es analizado por un juez de control penal.

Tras cometer el homicidio, Fernando “N” fue al Hospital Materno Infantil para que lo atendieran de las heridas. Ahí dejó sus datos y luego se ocultó.

Encontró una casa que creyó abandonada, en colonia Barros Sierra, de la misma alcaldía. Vivió en ella durante algunos días, hasta que los dueños regresaron. Al verse descubierto, huyó.

En su escape dejó abandonadas algunas cosas. Unos calcetines, unos zapatos… y la receta médica que le dieron en el hospital. Ahí estaba su nombre completo.

Los agentes de la Policía de Investigación (PDI) llevaban días buscando pistas para dar con el homicida. Lo mismo pasaba con los peritos que analizaban la sangre hallada en la ropa y en la escena del crimen.

Por los estudios de sangre descubrieron que el homicida escapó herido, pero no tenían más datos de él.

Los últimos días de enero, los dueños de la casa allanada fueron a la Procuraduría a denunciar que alguien se había metido. Llevaron los zapatos, los calcetines, y aquella receta médica.

Al revisarla, los detectives descubrieron que era de alguien que tenía heridas cortantes en ambos brazos. Y de inmediato recordaron que su sospechoso del homicidio huyó con lesiones similares.

Fue así que los agentes de la PDI llegaron hasta ese hospital. Los doctores les dieron el nombre de Fernando “N” y les confirmaron que tenía heridas cortantes.

Los archivos de la policía tenían ya su nombre, pues tiempo atrás estuvo preso por un robo. Así los agentes fueron a buscarlo. Durante un par de días hicieron vigilancias, hasta que lo atraparon.

Aunque negó el crimen, el comparativo genético de su sangre y el de la playera hallada en el lugar del crimen, no dejó duda: resultaron positivos. El homicida ya está preso en el Reclusorio Oriente.


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IM/CR

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