Prevén riesgo por cercanía de evangélicos y el Gobierno

La pérdida de las libertades, de la pluralidad y de todas las formas de pensamiento son los riesgos que se corren con la apertura por parte del Gobierno federal a la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), que encabeza el pastor Arturo Farela, indicó Aidé García, integrante del grupo República Laica.

▶ “Estamos hablando de que se violenten derechos humanos, la democracia, se tenga un país autoritario en el que predomine una sola visión y no la pluralidad y a que haya discriminación a quien no tengan alguna religión… los riesgos son muchos y son muy grandes”, dijo en entrevista con ContraRéplica.

Ayer, la referida agrupación, integrada por distintas ONG, legisladores y académicos, entregó una carta dirigida al Presidente Andrés Manue López Obrador; a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y a Diana Álvarez Maury, subsecretaria de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos, en la que rechazan la injerencia de Farela no sólo en la distribución de la Cartilla Moral, sino en su participación en programas gubernamentales como Jóvenes Construyendo el Futuro.

García Hernández consideró como un error ceder a demandas de Farela, como el que los ministros de culto tengan acceso a cargos y puedan ser candidatos a puestos de elección popular.

“Los retrocesos implican que las iglesias, si se les permite que dicten políticas públicas, se violente la democracia y se tenga un país autoritario.

Con estas propuestas de las iglesias, se está bajando el perfil de país democrático”, sostuvo.

Para ejemplificar, mencionó a Brasil “que ya está casi está coptado por las iglesias evangélicas y por lo tanto, son las que están participando en las políticas de ese gobierno. En esa nación, todos los derechos ganados de las mujeres o de la diversidad sexual, están ya en retroceso y cada vez más existen políticas a través de las que se prohíbe disentir con el gobierno brasileño.

“Se han quitado de las políticas y de los derechos, la igualdad de género, el reconocimiento a las diversidades sexuales, al matrimonio igualitario, a la interrupción del embarazo. Todos éstos son los riesgos que se corren si el Gobierno federal le abra más la puerta a las comunidades evangélicas”, dijo.