Este sábado, 600 elementos del Ejército arribaron a Culiacán, Sinaloa, con el objetivo de fortalecer las acciones operativas y combatir la creciente actividad del crimen organizado en la región. Este despliegue militar se produce en un contexto de escalada de violencia, motivada por los enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa.
La lucha interna entre grupos criminales ha provocado un notable aumento en los homicidios y otros delitos a lo largo de la entidad. Hasta la fecha, Sinaloa ha reportado alrededor de 70 homicidios en septiembre, convirtiendo este mes en el más violento del año. En un día particularmente grave, el 15 de septiembre, se registraron 11 asesinatos, todos vinculados a la feroz competencia por el control del narcotráfico.
Los nuevos elementos del Ejército se coordinarán con las autoridades locales para implementar patrullajes, realizar reconocimientos y establecer puestos de control en puntos estratégicos del estado. El objetivo es reducir los índices delictivos y disuadir la actividad criminal.
A pesar de la violencia que ha marcado a Sinaloa, el 20 de septiembre se reportaron cinco homicidios dolosos y seis "levantones", según la Fiscalía General del Estado. Sin embargo, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado comunicó que, tras 11 días de intensos enfrentamientos entre facciones rivales, el día anterior no se registraron incidentes violentos, un hecho que atribuyeron a los operativos conjuntos de las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno, quienes han intensificado su presencia en la región.
La llegada de estos elementos militares es un paso más en la lucha por recuperar la tranquilidad en Sinaloa, un estado que ha sido históricamente afectado por la violencia del narcotráfico.