Solo efecto de reapertura, no recuperación, dice el Ceesp

Más allá de “haber tocado fondo”, el incremento de la producción y el comercio en junio no implica que la economía haya entrado a un proceso de recuperación; simplemente refleja el efecto de la reapertura.

Los analistas del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), explican que los signos de recuperación responden solo a plantas que no produjeron nada en meses previos ahora lo hacen, comercios que estaban cerrados ahora están abiertos, y servicios como restaurantes se reactivaron.

“Pero todo es parcial. Es claro que la producción no va a su ritmo ‘normal’, o que los comercios no venden como hace 6 o 12 meses y los restaurantes están trabajando sólo parcialmente. Puede ser que la actividad haya tocado fondo, pero que ello signifique que pasó lo más difícil o que el proceso de recuperación haya comenzado es irreal”, señalan los analistas del sector privado en su reporte semanal.

“Aun cuando las condiciones en las que se desenvuelve la actividad productiva regresen a la normalidad una vez superada la crisis sanitaria -que las aperturas sean totales y no solo parciales-, la economía seguirá sufriendo el debilitamiento que ya la venía afectando desde 2018, incluso agravada por decisiones desacertadas de política en meses recientes, lo que hace más complicada una recuperación en los próximos años.”

El documento se deriva de la estimación del Inegi sobre el segundo trimestre donde el producto interno bruto (PIB) registró una caída de 17.3 por ciento respecto al trimestre previo, de tal manera que en su comparación con el mismo lapso del año pasado reportó una disminución de 18.9 por ciento, y que acumuló cinco trimestres consecutivos a la baja, “lo que no se veía desde la crisis 1985-1986… la caída históricamente más alta”.

“De acuerdo con el Inegi, en abril y mayo se perdieron 12 millones de empleos y 8 millones de ocupados se convirtieron en subempleados, toda vez que vieron reducidas sus horas de trabajo y nivel de ingresos como medidas para conservar su empleo ante la crisis sanitaria. Esto implica que, para revertir este efecto, es necesario crear 20 millones de empleos de tiempo completo, lo que se ve simplemente imposible con un ritmo de crecimiento tan bajo como el que se prevé para los próximos años.

“La administración va en sentido contrario en casi todos los aspectos que se requieren para generar un mayor crecimiento, inversión y bienestar para los hogares. Si no hay un golpe de timón en la política económica que impulse y genere inversión y empleo productivo, el crecimiento económico promedio al final del actual sexenio podría ser prácticamente de cero o incluso hasta negativo”, afirma el documento de los especialistas del CCE.