TAN CERCA Y TAN LEJOS.

Corriendo a primera base. Benjamín Gil ha disfrutado mieles del triunfo como pelotero (campeón de Serie Mundial 2002 con Anaheim) así como en su incipiente carrera de mánager, donde en 4 años con Culiacán tiene 3 títulos y está a 1 triunfo de nueva serie final. Tiene el mérito de no simplemente administrar roster sino aprovechar al máximo el talento de jugadores y cuerpo técnico, por ejemplo, en el bullpen su coach es Francisco Campos “Pancho Ponches” cuyos pupilos han permitido sólo 2 carreras en 5 juegos de la semifinal y en total durante los 11 de playoffs, sólo les han pisado la goma 4 veces; hacen los duelos “chiquitos”, arma fundamental hoy día donde se requieren brazos abridores confiables, pero también otros a partir de la 6ª, ahí los guindas cimentaron sus 7 triunfos.

Robando segunda. En esta serie Tomateros-Obregón han dominado los visitantes. Culiacán fue a casa de Yaquis para llevar a sus alforjas los 2 primeros y montar en caballo de hacienda rumbo a la final, pero la tribu sonorense recobró fuerzas en la carretera y esos bríos renovados fueron premiados con triunfos en juegos 3 y 5. Los locales sólo han podido hacer valer esa condición en el 4º de esta semifinal, por lo que habrá que tener presente este factor hoy y mañana, cuando todo se defina en la antigua Cajeme, donde no dudamos que brotarán emociones, tensión y estrategia.

Camino a la antesala. El juego 4 marca la diferencia en esta eliminatoria con un enfrentamiento de esos que quedan en memoria, al ser duelazo de pitcheo (1-0) y la solitaria carrera conseguida a base de fundamentos y velocidad (infield hit, robo de base, toque de bola, elevado de sacrificio) a la “vieja escuela” pues, con velo de dramatismo porque la llegada a home de Yoelkis Guibert parecía out, pero ante la potencia del tiro del jardín, Sebastián Valle (Mr. Febrero) no logró retener la pelota y el cubano anotó la de la agónica victoria.

Barridos en home. La otra semifinal no queda atrás aunque aquí es inverso el dominio, con Hermosillo y Monterrey en plan de malos anfitriones, a excepción del juego 5 que los 16 veces campeones se agenciaron en la Ciudad Regia, sofocón incluido, para regresar con ventaja a la fortaleza que es su casa este año y buscar ahí, del brazo de César Vargas, dejar fuera a los admirables Sultanes que con su trabajo en equipo, donde todos pueden plantar cara en momentos clave, son más complicados que slider sabatino de “Chito” Ríos. Don Héctor Espino debe estar contento, con sonrisa amplia, en el diamante donde ahora juega, por ver a sus novenas consentidas y con quienes tanta historia escribió, batidas en duelo que deja gran sabor de boca.

Jugada en revisión. Boston continúa siendo noticia, pero por no ser noticia; los Medias Rojas continúan racha de 2019 de no dar nota sobre contrataciones relevantes, ello pese al lamentable 2020 que vivieron, sobre todo en pitcheo. La reconstrucción del equipo favorito de Stephen King será digno material, por lo menos este año y el que sigue, precisamente para una nueva obra del gran escritor de novelas de misterio y terror.

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@edmondDestrella