Daniel Montes de Oca
El papa Francisco pidió que las vacunas contra el COVID-19 no sean propiedad de un solo país ni se destinen primer a “los más ricos”, para evitar que se aumente la desigualad en el mundo.
En su audiencia de este miércoles, Su Santidad mencionó que el futuro medicamento debe dirigirse a quienes “más lo necesitan”.
"Sería triste si en la vacuna del COVID-19 se diera prioridad a los más ricos. Sería triste que se transforme en la prioridad de una nación y no se destine a todos.
Y qué escándalo supondría que toda la ayuda económica, la mayoría procedente de las arcas públicas, se use para salvar las empresas que no contribuyen a la inclusión en lugar de al bien común y a la preservación de la Creación", dijo.
Agregó que la pandemia que puso de manifiesto la situación de la población pobre y “la gran desigualdad que reina en el mundo”.
"El virus no hace excepciones y encontró en su camino devastador grandes desigualdades y discriminaciones y las hizo crecer”.
Insistió que además de curar el COVID-19, se debe curar otra enfermado como es “la injusticia social, la marginación y la falta de protección de los más débiles”.
Imagen: Reuters