Entre los derechos que plantea La Ley General para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, para lograr su pleno desarrollo, se encuentran el derecho a la educación y el derecho a una vida libre de violencia.
Ambos derechos, lamentablemente, a partir de los actos de violencia que han tenido lugar dentro y fuera de las escuelas, y de los que hemos sido testigos, por su amplia difusión en las redes sociales, han sido vulnerados, provocando, que vidas escolares y humanas se trunquen.
La escuela es uno de los espacios donde niñas, niños y adolescentes pasan la mayor parte de su tiempo, por lo que, es un deber de “todas y todos”, de las autoridades de todos los niveles de gobierno, de madres y padres de familia, de autoridades educativas y docentes, tomar las medidas necesarias para prevenir, atender y sancionar cualquier acto que pueda atentar contra la integridad personal de los estudiantes dentro o fuera del espacio escolar.
Y decir que es un deber, es con un sentido de urgencia, porque según un estudio que realizó en 2021 la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), denominado “La violencia entre estudiantes de educación básica y media superior en México”, y en el que da a conocer que el 69.5% del personal docente ha mencionado que en sus grupos hay intimidación o abuso verbal entre estudiantes, y 58.7% reporta agresiones físicas entre el alumnado, y en el nivel medio superior, el acoso está entre las principales causas de abandono escolar. Asimismo que, son los hombres quienes más tienden a participar en actos de violencia, y que su participación en ellos se eleva conforme aumenta la edad.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el bullying escolar constituye la primera causa de suicidio infantil y adolescente; por eso, son cada vez más las acciones globales que se intentan llevar a cabo para combatirlo, ya que inicia ocasionando depresión y ansiedad; lesiones físicas, fracaso escolar, y otros problemas emocionales.
Esto, sumado al primer problema planteado de violencia escolar, nos pone enfrente dos problemas que urge resolver, porque la salud mental de los estudiantes está, al parecer, descuidada y lastimada, como lo ha expuesto en días pasados Mexicanos Primero, en su informe “Aprender a estar bien, estar bien para aprender”, en el que pone en evidencia que la situación socioemocional de niñas, niños y adolescentes (NNA), está impactando severamente en los aprendizajes y conductas de estudiantes de educación básica.
Hablar en este texto de estos dos problemas: violencia escolar y educación socioemocional nos lleva a lo que el catedrático Rafael Bisquerra ha mencionado “la ira y sus familiares (rabia, enfado, cólera, furia, odio, etc.) están en el origen de muchos conflictos y comportamientos violentos… por ello conseguir que las personas sean capaces de regular su ira es un paso decisivo para la prevención de la violencia y para la mejora de la convivencia”.
Otros expertos, en esta misma línea, aseguran que es posible acabar con tanta violencia a partir de tener una educación emocional, ya que nos enseña a obtener información de por qué sentimos ira en determinadas situaciones y aprender a controlarlas.
Ya les debemos mucho a nuestras niñas, niños y adolescentes, no les cancelemos su derecho a la educación y el derecho a una vida libre de violencia, trabajemos en sus emociones, porque bien lo ha expuesto Elsa Punset: “Las emociones son el resultado de cómo experimentamos, física y mentalmente, la interacción entre nuestro mundo interno y el mundo externo.”.
Mtra. Rosalía Zeferino Salgado
Asesora e Comunicación Estratégica e Imagen Pública