Hace días vi el caso de un hombre que llegó a una miscelánea a comprar un refresco, el cual le fue despachado para luego el tendero recordarle lo que indicaba un letrero pegado en el mostrador. “Si no trae cubrebocas no puedo atenderlo”.
El hombre contestó algo con bastaste lógica. “Dijeron que el cubrebocas sólo es para los que están contagiados de coronavirus. Lo dijo Hugo López-Gatell —subsecretario—”.
El tendero le dijo que era una disposición de las autoridades del gobierno del Estado de México, y que había que acatarla.
Confundido, el hombre dijo que por encima de las normatividades estatales estaban las federales.
Yo estaba a punto de decirle que se consiguiera un amparo, pero me di cuenta que era un mal chiste.
La situación es que sí hay confusión, y el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que él no usa cubrebocas porque Hugo —el subsecretario de Salud no se lo recomienda—.
Gatell, hoy toda una personalidad carismática, y con los reflectores encima, ha explicado que las mascarillas no evitan los contagios, y que en efecto sólo sirve para los enfermos con Covid-19, que no hay que usarlo como un método para pensar que se está completamente protegido y salir a la calle. La mejor manera de evitar contagios, ha dicho, es quedarse en casa.
Sin embargo, su uso es obligatorio en otras entidades, incluida la Ciudad de México, y casi todos los estados del país, y muchas otras naciones. Las gacetas estatales lo consideran como un requisito para subir al transporte o para movilizarse fuera de casa, en caso de requerirlo.
Países, muchos, por cierto.
Al no representar un factor de riesgo, López-Gatell expresó que las dependencias federales no ven mal que gobiernos estatales implementen políticas sanitarias en las que promuevan el uso de este tipo de indumentarias; sin embargo, señaló que estas acciones no deben de ser tomadas “como medida principal para el control de la epidemia de Covid”.
Así el uso de cubrebocas es un tema que también divide opiniones, y formas de conducirse, como sucedió con un hombre que intentó entrar al Metro sin este aditamento, y que fue sometido por cuatro elementos de seguridad.
“No me quise poner el cubrebocas, no es a huevo”, se le observa decir al hombre que fue esposado y remitido sepa usted a dónde, o qué sanción le será impuesta.
El mismo López Gatell dijo que este tipo de escenas, de policías sometiendo a personas por salir de sus casas o en este caso por no usar el cubrebocas, es en sí un hecho que genera más factores de riesgo de contagio.
Sin embargo, pasará la pandemia, y al parecer nunca hubo consenso en un tema al parecer sencillo.